Jugar con fuego

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Eda estaba cansada de tanto caminar por una pendiente, frente a ella, Theo iba con mucha energía, claro, como era un ser sobrenatural con bastante resistencia, puede soportar subir una pendiente por casi una hora entera sin cansarse, pensó para sus adentros la joven de cabellos pelirrojos.

—No me digas que ya te cansaste—se burla el chico caminando hacia ella

—No todos tenemos tus pulmones, a parte ¿Qué hacemos aquí? ¿esta bien que dejemos a los demás en el escondite? ¿Qué tal si alguien los encuentra o asesinan a alguien?

—Ten más confianza a tu nueva manda, Eda

—Yo no tengo manada—murmura y el chico se detiene frente a ella con una sonrisa divertida en el rostro

—Tal vez no tengas manada, porque Scott te expulso de la suya y no te sientes a gusto en la mía, pero eso no importa, Eda, ¿Quién necesita una manada cuando me tienes a mí? —le guiña el ojo sensualmente y Eda se ruboriza agachando la mirada

—Eres un creído—suspira alzando de nuevo la mirada—¿Qué hacemos en medio de una colina interminable?

—Esta noche, el famoso primer hombre lobo saldrá a atacar y te quiero llevar a un lugar seguro—responde entre dientes y Eda sonríe tiernamente—como sea, al parecer tendré que cargarte—suspira fingiendo que eso lo cansaba antes de alzarla entre sus brazos y llevarla más rápidamente a la cima

—Eres lindo cuando muestras cuanto te preocupa mi seguridad—dice con voz burlona mientras recargaba su cabeza en el pecho del chico, escuchando sus fuertes latidos

—Eres lo único verdaderamente importante para mí, si debo enfrentarme a un lobo enrome con sed de sangre para salvarte la vida, lo haré, pero como soy mas listo y realmente me gustaría vivir, prefiero ocultarnos hasta que la noche pase—Eda sonríe para sus adentros, sintiendo un cálido manto rodearle el corazón al escuchar las dulces palabras de Theo­—¿En qué piensas?

—En nada—murmura la chica mirando el cielo estrellado sobre sus cabezas, tratando de ignorar el hecho de que, en ese momento, tal vez el hombre lobo ancestral podría estar matando a uno de sus amigos

—Se que es mentira, dime, sabes que no te juzgare—le pide mientras se detienen al fin en la cima, con la ciudad empequeñecida bajo ellos

—Pienso en mi padre, mis amigos...Liam—murmura bajándose de los brazos de Theo y sentándose al borde del acantilado mientras contemplaba Beacon Hills—pienso que tal vez...si no hubiera tenido esta profecía a mis espaldas, de todas maneras, me hubieran abandonado

—¿Por qué piensas eso?

—Porque no soy en nada igual a ella—suspira refiriéndose a su hermana—o a alguno de ellos, tal vez solo me parezco un poco a Malia, pero, aun así, ella tiene la excusa de que paso gran parte de su vida como coyote y de ahí su delineamiento moral, pero ¿yo? Yo siempre he sido un desastre andante, honestamente, no se que es lo que ves en mi para querer seguir conmigo, si fuera tú, me hubiera ido desde hace tiempo

Ante sus crudas y cruentas palabras, Theo no puede hacer nada más que abrazarla con fuerza, tratando de demostrarle que él no se iba a ir, a pesar de todo lo que diga la profecía, a pesar de todo lo que ella piense, él no era alguien que huía de los problemas como los demás, no era alguien noble tampoco y mucho menos alguien cobarde, él solo hacia lo que se debía hacer.

—Se que te piensas eso por el reencuentro con tu padre, pero, Eda, hay alguien además de mi que ha visto tu parte oscura y que aun así se ha quedado...

—Derek—murmura el nombre de aquel hombre que la cuido cuando Chris la abandono, que la sacó de prisión más de una vez, que la consoló, que vio la parte mas fea dentro de ella y aún así, nunca dejo de verla con cariño, nunca dejó de recibirla con los brazos abiertos y un lugar al cual regresar cuando se encontraba en problemas—Hace rato que no lo veo

Broken Wolf| Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora