Basada en la película de culto protagonizada por David Bowie y Jennifer Conelly, "Dentro del Laberinto".
Esta novela corta, escrita en 2013, narra las aventuras de Toby veinte años después de los sucesos vividos en la película. Tras la desaparición...
Esta historia, escrita en 2013, está sometida a un proceso de reforma —que no de reescritura 100%— para corregir faltas de ortografía, mejorar el estilo, añadir imágenes y expandir algunos textos/diálogos con el fin de engrandecer el resultado final. Fue uno de mis primeros escritos y aún me quedaba mucho por aprender, disculpadme. ^^
¡Espero que lo disfrutéis!
Érase una vez que se era una fantasía, un mágico laberinto, una historia repleta de acertijos inimaginables nacidos del mismísimo corazón de la enredada construcción. Una historia nostálgica, apasionada, una historia inmadura en su ejecución pero muy vívida... La historia de Toby Williams.
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Habían pasado ya veinte años desde que Toby visitara el laberinto y dejara atrás a su rey Jareth, los goblins, y todo lo que en su interior había. Llegó allí debido a su hermana Sarah, quién hastiada por el trato con su madrastra y el poco interés de su padre por ella, además del hartazgo de sus lloros de su hermano, dijo una frase en voz alta que llamó la atención del rey de los goblins.
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—Ojala vinieran los goblins y se te llevaran— dijo enojada antes de apagar la luz del dormitorio—. Ahora mismo.
Tras eso el pequeño Toby desapareció de su cuna y fue a parar al laberinto, donde se convirtió en el príncipe de los goblins. Sarah, arrepentida de lo que había hecho tras descubrir la verdad, suplicó al rey de lo goblins que le devolviera a su hermano y éste, tras tentarla para disuadirla sin éxito, la llevó a los exteriores del laberinto. Allí le dió la oportunidad de recuperar a su hermano, pero para hacerlo tendría que cruzar su laberinto.
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Sarah aceptó y con fuerza de voluntad recorrió el laberinto: se enfrentó a lo que había en él, hizo amigos y aliados hasta superar todas las trampas y juegos de Jareth hasta llegar al castillo en el centro del laberinto, donde se enfrentó a él cara a cara... Y le derrotó.
—No tienes poder sobre mí —entonó en voz alta ella.
Jareth cumplió su palabra y le entregó al niño resignado. Luego devolvió a ambos a su hogar.
Desde ese momento Sarah comenzó a tratar a Toby como a un verdadero hermano, incluso se abrió a su madrastra y encontró en su padre un buen confidente. Durante muchos años vivió feliz, pero hubo algo que jamás llegó a conseguir: amar. Su hermano sabía que en el fondo ella se había enamorado de Jareth, pero su hermana no era como las demás mujeres, ella no se dejaba dominar por los hombres.
Sarah había sido capaz de encontrar un trabajo en una oficina llena de hombres, en la que se ganó un puesto administrativo, que le permitió emanciparse. Sin embargo no se veía con ganas para fijarse en ellos o en ningún otro... Con un buen trabajo, una casa, estabilidad económica, cualquier otra mujer habría sido feliz, pero no ella, hasta que un día desapareció sin decir nada, sin pertenencias, sin dejar rastro sobre su paradero y entonces Toby supo donde estaría. Se lo decía el corazón.
—Has regresado al laberinto. —El joven sujetaba el libro de su hermana entre sus manos. Sus ojos se empañaron de lágrimas, una mezcla de tristeza y felicidad—. Te encontraré cueste lo que cueste.
Frente al espejo de la antigua habitación de su hermana, repleto de sus antiguas fotografías y enseres tal y como ella los había dejado el día que salió de aquella casa, Toby prometió cumplir esa promesa.
[Las imágenes utilizadas en esta historia pertenecen a sus respectivos creadores]
