Mentira || Harco

Capítulo 1

Un hermoso rubio de ojos grises despertó a causas de aquellos besos que eran dejados en su cuello. No puedo evitar reír levemente a causa de las cosquillas. El responsable de aquellos besos era aquel peli-negro que lo hacía tan feliz desde hace un año.

Los besos cambiaron de rumbo, llegando hacía su hombro desnudo mientras sentía las caricias en sus brazos.

–Alguien despertó muy cariñoso hoy.– Habló el rubio mientras se dejaba besar felizmente cada parte de su desnudo cuerpo.

–Siempre despierto feliz cuando estoy contigo– El oji-verde dejó un camino de besos sobre todo el pecho del menor para después subir y besar aquellos rojizos labios que eran tan apetecibles. Pero antes de lograrlo el rubio volteó su rostro.

–Iugh, no dejaré que me beses con el aliento mañanero. –Dejó salir una pequeña risa mientras veía el puchero de aquellos ojitos verdes.

–Cómo si no hubiéramos hecho algo peor. – El peli-negro besó aquellos labios que tanto amaba a pesar de las quejas del rubio, que al final correspondió gustoso el beso.

Las manos de Harry viajaron más abajo del cuerpo palido, acariciando las caderas. El peli-negro se recostó en la suave cama para que rubio pudiera sentarse sobre él, sin dejar de besarse. Las manos del mayor se posaron en los glúteos del rubio.

–Parece que alguien tiene ganas de un mañanero. – El rubio sonrió muestras se frotaba lentamente sobre la entrepierna del oji-verde.

–¿Aún puedes seguir después de las tres rondas de anoche?– Preguntó coquetamente mientras lo tomaba de las caderas para evitar que se detuviera.

–Me subestimas, Potter. – Y cuando el menor estaba listo para tomar el falo de Harry, el teléfono del último mencionado sonó.

Pero eso no detuvo al rubio. Tomó entre sus manos el falo del mayor, y lo alineó sobre su entrada para de golpe caer y dejarlo entrar en su interior, ambos gimieron ya acostumbrados a hacerlo sin preparación. El teléfono seguía sonando, así que ante tanta insistencia el peli-negro tomó el teléfono para responder mientras el rubio seguía con su trabajo de saltar sobre el pene del mayor.

–¿B-bueno? Estaré ahí en –no puedo evitar que un gemido escapara de su boca– Si, si, estoy bien. Estaré ahí pronto. –Y colgó. Tomó al rubio de las caderas para ayudar a aumentar la velocidad de sus saltos. Ambos gimieron cuando el semen llenó el interior del oji-gris.

–¿Problemas con la empresa de nuevo?– Preguntó exaltado, aún siendo víctima de su reciente orgasmo mientras se dejaba caer al lado del cuerpo moreno.

–Si, cariño, debo ir rápido. Lamento tener que dejarte sólo en la mañana. –Dijo mientras se levantaba de la cama y comenzaba a vestirse después de secar un poco el sudor de su cuerpo.

–No te preocupes, cielo. Probablemente volveré a dormir después de cambiar las sabanas y te esperaré para cenar juntos. –El rubio se sentó en la cama para mirar a su pareja.

El peli-negro se acercó para dejar un beso sobre los labios y frente del menor que sonrió ante ese gesto.

–Te amo, cielo. Te veré en la noche. – Y salió de la casa para dirigirse hacia el otro lugar, que no era su empresa.

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–Estoy en casa.

–¡Papá!

Una pequeña niña corrió a los brazos de su padre, siendo cargada por este mientras otros dos niños se acercaban. Uno de ellos corrió para abrazar a su padre mientras que el otro mantenía su distancia.

–Te extrañé mucho, papá. – La niña soltó leves risas por los repetidos besos que su padre dejaba en todo su rostro.

–Yo también te extrañé, princesa. –Harry no pudo evitar sonreír, amaba a sus hermosos hijos.

–¡Mamá, mamá! ¡Papá volvió! –gritó la pequeña–

Y ahí estaba, la mujer con la que se casó hace nueve años.

–¿Cómo te fue en tu viaje de negocios?– preguntó aquella mujer mientras se acercaba para besar los labios de su marido. Que muy a pesar de Harry, tuvo que corresponder.

–Bien, me fue bien. – Y si, había mentido diciendo que tenía un viaje de negocios para quedarse con Draco durante toda una semana y había "vuelto" ayer en la noche.

–¡Papá, papá! Ven, hicimos el desayuno para ti. –El niño que no había dejado de abrazar a su padre tomó su mano para guiarlo hacía el comedor. Mientras la niña felizmente permanecía en sus brazos, y el tercero simplemente permanecía en silencio.

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No se si amaran u odiaran a este Harry. Hmmm.