1

552 53 10
                                    

—¡Hey! No te atrevas a tocarme Yoongi.

—Pero Seokjin, tu cara está llena de yogurt y cereal.

—Me importa un carajo, iré a lavarme yo solo, no quiero que tus manos toquen mi hermoso rostro.

Seokjin se encontraba parado a mitad del pasillo en la universidad, llamando la atención de todos los que pasaban por ahí, quienes lo miraban con asombro y miedo.

Él era conocido por la mayoría de los alumnos y absolutamente todos los empleados de aquél lugar, ya que desde su ingreso se había encargado de moldear su reputación y situaciones como la que estaba viviendo, no eran algo a lo que no estuviese acostumbrado.

Estaba más que familiarizado y sumamente orgulloso de las consecuencias de sus actos, sabía que esas reacciones no eran otra cosa que la demostración de que sus métodos daban frutos, y es que él definitivamente no tenía problema alguno con las chicas y chicos homosexuales, ni con cualquier otra persona, claro que no, pero detestaba por completo la falta de pudor que tenían, tocandose y besuqueandose en espacios públicos.

—Jin, hermano, creo que deberías dejar de hacer esta mierda, algún día alguien va a golpearte.

—Que siquiera lo intenten y ya verán, les echaré a un enfurecido, rabioso y gay Min Yoongi encima para que jamás se les vuelva a pasar por la mente el siquiera mirarme.

Yoongi rodó los ojos, más divertido que molesto.

—Te acompaño al baño, tienes que limpiarte eso de la cara o dirán que se la chupaste a alguien y no quisiste tragarlos.

Seokjin miró con indignación a su amigo de largo cabello negro, quería golpearlo, pero una gota de yogurt de fresa entró a su ojo, haciéndolo cerrarlos con fuerza por instinto.

—Mierda... Está bien, guíame. —Yoongi bufó con diversión mientras tomaba del brazo a su amigo y lo llevaba lentamente al sanitario, apoyándolo en los lavabos para que se pudiera lavar la cara.

Jin enjuagó su rostro con cuidado, limpiando los restos del yogurt y cereal también de su cabello color lila, haciendo que el agua se tiñera ligeramente de ese tono.

—Llegué demasiado tarde para ver quién fue esta vez. ¿Qué hiciste?

—Ahj, esa maldita de Moonbyul y su noviecita estaban compartiendo comida y dándose piquitos en los labios frente a todos, como si no tuvieran vergüenza alguna, así que me acerqué amablemente y les pedí que se moderaran, pero la otra chica se molestó mucho, dijo algo sobre que me metiera algo por el culo y luego me lanzó esto... al menos el yogurt no se ve en mi sudadera rosa y no quedará manchada, porque de lo contrario, ella estaría muerta.

—No es muy hetero de tu parte traer una sudadera rosa.

—¿Qué mierda dices Min? ¿En qué siglo crees que estás? Los colores y la ropa no tienen género ni son específicamente para alguien de una orientación sexual diferente a la heterosexual, ya madura. Además, nunca dije que fuera heterosexual —dijo en tono indignado, apenas susurrando lo último, por lo que solo él lo escuchó.

—No entiendo cómo es que piensas de esa manera, pero sigue molestándote ver muestras de afecto en público.

SeokJin iba a responder con algúncomentario ingenioso y afilado, pero la puerta de uno de los cubículos se abrió, dejando ver a un muy alto y apuesto chico, vestido todo de negro, con el cabello platinado y las mangas recogidas sobre sus antebrazos, dejando ver su piel ligeramente más bronceada que la de los demás y un tatuaje de una serpiente saliendo de un cráneo en su antebrazo izquierdo.

—Eso, amigos míos, se llama envidia, a tu amigo aquí presente se le antoja lo que ve, pero como nadie lo soporta por demasiado tiempo, entonces quiere que seamos tan miserables como él.

선생님 (Profesor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora