Capítulo 2

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Margery Bradburn no cesaba de hablar de Benedict Maxwell, diciéndole muy lejos de Londres y que él le había preguntado cuánto tiempo se quedaría

—... pero como le dije a tu maravilloso prometido... —Dios, gimió Tiffany en silencio—... vine a Londres con un grupo de turistas y tengo que regresar al autobús a las cinco.

Tiffany quería hacerle muchas preguntas, pero debía tener mucho tacto. Por algún motivo, Ben Maxwell no quería que confesara la verdad a su tía, y, para ser sincera, estaba agradecida por ello. Sabía que era una cobarde, pero no podía borrar ese brillo de alegría del rostro de su tía... aún no.

—¿Cómo llegaste al aeropuerto, tía? —preguntó.

La señora Bradburn explicó de buena gana.

—Tomé un taxi... es un poco extravagante, lo sé. En tu tarjeta decías que volverías a casa hoy, por lo que pensé que sería buena idea darte la sorpresa.

Querida tía, te aseguro que lo hiciste, pensó.

—... ¿Entonces conociste a B... Ben por accidente, mientras me esperabas?

—Oh no... llegué temprano, y mientras te esperaba, fui a preguntarle a la chica de información si el señor Ben Maxwell estaba en el edificio, y me dijo que esperaban que llegara alrededor de las doce.

—¿Te dijeron a qué hora llegaría el señor... Ben? —preguntó Tiffany sin aliento.

—Sólo después que les hice ver que era una pariente. Bueno —continuó—, casi lo soy, ¿no es cierto?

¿Qué podía responder a eso? Su tía había estado en el aeropuerto en varias ocasiones durante los últimos tres años, por lo que sabía bien como llegar al estacionamiento para verla. Sólo esperaba que no hubiera mencionado el nombre de Tiffany Nicholls, o nunca podría volver por allí.

—¿Entonces esperaste a Ben y te presentaste tú misma? —preguntó con ansiedad.

—Sí —admitió su tía con alegría—. La chica con quien hablé me llevó y me mostró dónde podría esperarlo.

—¿El... él no pensó que fuera extraño? —debía preguntarlo.

—¿Extraño, querida? ¿Por qué? Oh, ¿te refieres a que estuviera esperándolo en el aeropuerto sin que él lo supiera? —Margery pensó un momento—. Ahora que lo mencionas, él pareció un poco sorprendido, pero supongo que no esperaba encontrarme allí sin ti. Aunque fue muy gentil cuando le expliqué quién era, y me invitó a almorzar con él. Naturalmente, quería que le dijera más cosas sobre ti, pero yo le respondí: "ya tendrá mucho tiempo para conocer todos los secretos de Tiffany" —la chica ahogó otro gemido y su tía continuó—: De cualquier manera, comenzaba a ponerme ansiosa, al no verte, por lo que el señor Maxwell fue a preguntar sobre tu vuelo, y le informaron que ya habían aterrizado, por lo que no tardarías mucho; luego sugirió que fuéramos a sentarnos en su auto en el estacionamiento, para estar seguros de que no dejaríamos de verte.

Tiffany condujo sin poder concentrarse, y al llegar al apartamento, insistió en que su tía descansara un poco en la sala; y luego fue a la cocina a preparar algo para que ambas comieran. Cuando estuvo sola, meditó. No podía culpar a tía Margery; estaba tan contenta en ese momento, y además la había hecho creer en todo eso. No, cualquier culpa en todo este asunto, era únicamente de Tiffany Nicholls.

Si tan sólo no le hubiera dado su nombre a tía Margery. Si tan sólo... Oh, ¿de qué servía? Ya era muy tarde, y tía Margery siempre había sido muy buena con ella, no podía desilusionarla. Recordó el regalo que le había traído de la India, pero se sentía tan culpable, que prefería dárselo en otro momento. Tiffany inclinó la cabeza sobre la frescura de la pared de la cocina. Sólo faltaba eso, una jaqueca.

¿Por qué las mujeres se enamoran de los cabrones?Where stories live. Discover now