X : Katsudon Picante y Amor Creciente

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Izuku quedó en la puerta mientras el rubio entraba encendiendo las luces y dejaba su ropa en la mesa con cuidado. Giro en su lugar y el de ojos rojos vio como el peliverde quedaba en la puerta como si algo no lo dejara entrar.

— No te quedes afuera. Ven, pasa. — Y con eso el pecoso se sobresalto cruzando así el umbral de la puerta cerrando está tras de si con ayuda casi innecesaria del rubio ya que Midoriya ya lo había hecho. El de ojos verdes estaba muy nervioso y eso lo noto muy bien el rubio. — Oye, calma. Dije que no te asustes, ni que fuera a matarte. — Soltó con algo de burla mirando al peliverde que se avergüenza por lo dicho.

— Es solo que... — Tartamudeo torpemente mientras miraba a su alrededor admirando el toque sencillo, elegante y minimalista de Katsuki. — Jamás había estado en una casa que no fuera la mía y que además me hayan invitado.

Bakugou pensó que estaría bromeando, ahora duda si en su vida se le han declarado al pecoso... ¿Quien no dudaría? Se extraña aún cuando piensa él porque no tiene pareja. Cualquiera se le hubiese lanzado y enamorado aunque cabe la posibilidad de que el peliverde no quiera una relación.

No lo culpa aún así.

— No digas tonterías.

— Hablo enserio. — Expreso nervioso mirando al rubio quien aún lo mira extrañado.

— Siéntate si quieres, vendré en un momento. ¿Quieres algo de beber? — Pregunto caminando hacia la cocina la cual se puede ver claramente desde el Living. El de ojos rojos se sentía emocionado de que él estuviera en su casa y no sabía porque... O tal vez si pero no lo admitiría ni con el mismo.

— Solo un vaso de agua, por favor. — Cuando el más alto de alejo para buscar lo pedido con tranquilidad, Izuku miro nuevamente el lugar, mientras se sentaba en el gran sofá, frente a él había una Smartv aunque noto que el plástico que gritaba que era nuevo aún seguía presente en el producto le hacía imaginar el esfuerzo del mayor para comprarlo. Las paredes estaban pintadas de un gris muy claro, algunos cuadros colgando mostraban a tres personas, a veces solo a una mujer y a un hombre.

Midoriya se levantó y miro el primer cuadro, en dónde había un Katsuki unos tres años más joven abrazado a una mujer muy parecida a él con una gran sonrisa mientras había un hombre riendo al fondo quien tenía unos fuertes aires al menor en la fotografía. Sonrió sin contenerlo, se veían felices aunque la cara del rubio mostraba vergüenza y al igual emoción.

— Son mis padres. — Una voz a su lado hizo que saltará en su lugar. Izuku suspiro aliviado y vio como el de ojos rojos extendía un vaso de cristal sencillo con bordes dorados lleno de agua. Midoriya lo acepto mientras miraba otra vez la fotografía.

— Eres muy parecido a tu madre. — Comento con algo de ternura el parecido que tenían ambos. Bakugou chasquea la lengua con una sonrisa burlona mientras se alejaba nuevamente dejando al peliverde extrañado  para seguido mirar los últimas fotos en dónde solo eran sus padres, una de su boda y otra de cuando eran más jóvenes...

Algunos discos estaban ubicados por ahí, había una radio en la encimera de la cocina. El comedor pequeño pero cómodo llamo su atención, pues Bakugou vive solo y hay más de seis sillas.

¿No se siente solo?

El sonido del agua al abrirse a presión hizo que se sobresaltarse, aún no le queda muy claro el porque lo llevo a su casa... Deja el vaso limpio en la encimera ya que no sabía en dónde dejarlo... Todo está perfectamente ordenado y limpio, el olor a vainilla está en cada espacio de la casa haciendo que su cuerpo se relaje. Le da curiosidad saber el porque el rubio tiene discos y no un tocadiscos, al parecer le gusta mucho la música; aunque no lo parezca.

Satisfacción || KatsuDeku Where stories live. Discover now