Capítulo XXIII (Parte II)

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El verdadero amor no tiene un final feliz, porque simplemente no tiene final. 





Terrence estaba sentado en una de las bancas del parque, hacía trazos sobre un cuaderno de bocetos, dibuja el rostro de Amber, ahora podía dibujar el rostro de su hermana sin tener que imaginarlo. Llevaba horas en el mismo lugar inmerso en las líneas y contrastes que hacía con el lápiz, de repente regresó a la realidad cuando sintió que alguien se sentaba a su lado, se volvió y la vió, era Amber, tenía el cabello recogido en una coleta, vestía vaqueros y una playera color turquesa, mantenía la vista al frente, mirando a las personas que disfrutaban los últimos días del verano.

—¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿dos meses? —preguntó ella.

—He estado esperando este momento toda mi vida, hubiese deseado que nos reuniéramos antes, pero comprendo que no es lo mismo para ti, ahora tienes un hermano, pensé que necesitabas tiempo para hacer a la idea. —comentó Terrence mientras daba los toques finales a su dibujo.

—Gracias por darme tiempo, ahora me siento más tranquila. —sonrió y por fin lo miró, en ese momento se dió cuenta del dibujo que Terry sostenía, su ojos mostraron asombro, su corazón se conmovió.

—¿No es bonita mi hermana? —preguntó Terrence enseñándole el retrato, la miró y no pudo evitar sentir como su corazón daba un vuelco, sentía alegría, pero también tristeza por haber perdido de vista por tanto tiempo aquellos ojos celestes.

—Sí, es muy bonita. —respondió ella entre risas, vanagloriarse era algo que había aprendido de él.

—Ella y yo heredamos la belleza de la familia. —alardeó el moreno y luego ambos rieron.

—Pero dime, ¿dónde está tu hermana?, ¿y por qué dibujábas aquí solo? —Amber comenzó sus preguntas, su expresión de repente se volvió mesurada.

Terry vió la dirección en la que ella iba, inhaló profundo y contuvo el aliento, cinco segundos después decidió hablar—. Perdí a mi hermana mientras iba a comprar un helado, la dejé sola.

Ella notó tristeza en la voz de Terrence, vio el esfuerzo que él hacía por mostrarse imperturbable mientras recordaba un suceso doloroso de su pasado. Amber no pudo evitar que sus ojos se cristalizaran, entendió en ese momento que ella no fue la única que sufrió de soledad—. Entonces... fue así como cómo pasó, seguramente ella te esperó por mucho tiempo. —su voz se quebró un poco al decir las últimas palabras.

—Si tan solo mis piernas fueran tan largas como lo son ahora, podría haber corrido más rápido y no habría perdido a una niña tan linda, eso... eso me devora por dentro. —las lágrimas del moreno también amenazaban con salir.

—¿Por qué no vas otra vez por un helado?, ¿quiero ver que tan rápido te has vuelto? —lo miró con sus ojos inundados.

Terry la observó durante un rato, sintiendo como aquel momento le devolvía la paz que perdió durante años, despidiéndose para siempre de esa culpa. Se puso de pie y se paró frente a ella extendiendole la mano—. Jamás te dejaré sola otra vez, prometo mantener a mi hermana cerca.

Amber sonrió entre lágrimas, secó sus mejillas húmedas mientras tomaba la mano de su hermano, esta vez irían juntos, como debió ser hace mucho tiempo atrás.

DESTINADO A TU AMORWhere stories live. Discover now