Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Ser cazarrecompensas no es algo difícil, no si no tienes que cuidar de un niño. Sí, lo sé, suena cómo: "¡Wow! ¿Yara cuidando un niño?" pero bueno, es una tarea que me encomendó Dragon y no me puedo negar.
Había sido un día largo, así que fuí rumbo al bar de Makino a saludar y a recojer la cesta con comida que siempre me deja para Luffy. No, no es que me falte dinero, pero tampoco dan ganas de salir a comprar, ¿Bien?
Estaba por llegar, y extrañamente se escuchaba mucho bullicio. Grata fue la sorpresa que me encontré a la hora de entrar, pues se encontraban Shanks, el pelirrojo y su tripulación. Raramente decidí controlarme y no atacarlo... De golpe.
—Buenas noches Makino, ¿Tienes lo de siempre?— Pregunté casualmente mientras amenazaba al pelirrojo suavemente poniendo una daga alrededor de su cuello. No me importaba si su banda intentaba atacarme, después de todo es imposible que algo o alguien pueda tocarme si yo no lo deseo.
—¡Y-Yara-san! ¡Enseguida se lo traeré! Pero por favor, no amenace a Shanks de esa forma.— Dijo sonriendo nerviosa.
—Disculpa, preciosa.— Interrumpió el pelirrojo. — Pero no creo que sean necesarias las armas, ¿Por qué no hablamos como personas civilizadas? ¡Vamos! Yo invito el sake, y espero tu presentación.— Dijo Shanks, sonriendo de lado.
—Bien, supongo que puedo llegar un poco más tarde a casa. Adisuki Yara, cazarrecompensas.— Dije sin preocuparme mucho, retirando la daga de su lugar, para luego sentarme a su lado.
—Creo que no es necesario que yo me presente, después de todo parece que ya me conoces.— Dijo divertido el hombre.
—No te creas tan importante, solo te reconozco por mi trabajo.— Hablé para después continuar.
—¿Y bien?— Comencé a hablar, mientras Makino iba a buscar lo pedido más dos jarras de sake.— ¿Qué hacen Shanks el pelirrojo y su tripulación por estos lugares?— Pregunté mirándolo de lado.
—Vaya, ¿Uno ya no puede descansar de los viajes por unos días?— Preguntó el chico con un tono sarcástico.
—Nadie sabe. Espero que seas lo suficientemente inteligente para saber que tu cabeza tiene recompensa.— Hablé mientras tomaba lo que me acababa de entregar la dueña del bar por parte del capitán.
—Lo sé, por supuesto. Pero... ¿Tú serías capaz de cortar mi cabeza, Yara-chan~?— Por su tono de voz, noté que lo decía con algo de lujuria. Tal vez fuera producto de todo el alcohol que, supongo, había estado bebiendo.
—Mmm... Tal vez.— Respondí con el mismo tono que él había usado, mientras tomaba su sombrero y la canasta, poniéndome de pie y empezando a caminar hacia la salida. —Gracias, Makino. Y... Eres bienvenido, pelirrojo, tal vez nos veamos mañana.— dije por fin saliendo del lugar.
