𝐌𝐎𝐍𝐀𝐑𝐂𝐀𝐒━━━━━━𝑳𝑬𝑫

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Corriendo con todo lo que podía, recorrió con gran velocidad todo el largo y majestuoso pasillo del castillo, sus pies pedían un descanso y sus pulmones deseaban respirar con normalidad, pero su mente y corazón pedían con desesperación ver aquella persona que había provocado su angustia.

A la distancia, pudo ver aquellas grandes puertas blancas con decoración de flores de lirio pintado en un color dorado, en aquellas grandes puertas se encontraban dos guardias, que, al verla dejaron salir un suspiro de alivió.

Se encontraban ahora a salvó.

—¡Princesa!—gritó con preocupación en su voz, abriendo las gradas puertas de un azoton.

Se quedó sin voz al ver aquella escena, una escena que la hacían recordar un mal día. Un día que siempre estará en su mente y que jamás se irá.

—¿P-princesa...?—vaciló por unos segundos sí acercarse o no.

En medio de la habitación, una pequeña rubia se encontraba sosteniendo una carta, la cuál se encontraba en un mal estado, como ella.

—N-no puede ser....—la escuchó murmurar—¡Esto no puede estar pasando!—gritó con irá.

Tirando la carta al suelo, la piso sin piedad alguna. La doncella pudo ver la expresión de aquella niña.

Irá y frustración.

Pero también sabía que ella se encontraba triste, pues por mas enojada que se encontraba, no podía ocultar aquellas lágrimas y ojos llorosos.

Ella estaba en todo su derecho se sentirse....traicionada.

Después de todo, su padre, el emperador había traído una nueva concubina al palacio.

Pero, ella sabía que tenía que detenerla antes que se hiciera dañó......cómo aquella vez.

—Princesa...—la llamó con suavidad— Por favor...se lo suplico calme su ira un poco, se hará dañó.

—Nany—la miró con aquellos ojos verdes claros brillantes, los cuáles se encontraba inundados de lágrimas y se sentimientos negativos—¡¿Porque lo hizo?!—le gritó enojada, no con ella, si no con su padre—¡¿Porque volvió a traer otra concubina?!

—Lo siento mucho, yo tampoco lo sé. Así que le vuelvo a suplico que calme un poco su ira—se acercó hacía ella con preocupación—necesito tratar sus heridas—con suavidad, tocó una pequeña herida que se encontraba en la mejilla de la rubia.

—....lo siento nany—se disculpó—no quería enojarme contigo.

—Lo se cariño—delicadamente, la tomó de las manos—ahora vayamos a otra habitación para que pueda trata sus heridas.

—Si...vayamos a otra habitación.

En su interior, trataba todo lo posible para calmar o al menos retener su ira, no podía desquitarse contra los pobres empleados que solamente querían ayudarla.

—"Con la única persona con quién debería enojarme es contra el idiota de mi padre"—pensó con molestia.

Al salir de la habitación, miró que había unos cuantos sirvientes y dos guardias. Miró a cada uno y relajando su expresión, habló.

—Me disculpó por los problemas que les causé—inclino un poco la cabeza con vergüenza.

No podía creer que haya mostrado un lado desagradable.

—¡N-no se disculpe princesa!

—¡A-asi es!

—¡Cualquier puede tener un mal día!

—No es bueno retener la ira, si se siente enojada, déjelo salir.

Sonriendo, agradeció la amabilidad de aquellas personas.

—Agradezco que hayan comprendido mi mal momento—miro a su nana—Nany, por favor te encargó.

—No se preocupe princesa, ustedes limpien la habitación.

—¡Si señora!

—Vamos princesa.

. . . .

Tendida en la cama, miró su mano vendada y soltando un suspiro cansado, miró hacía su Nana la cuál se encontraba aún lado de ella teniendo.

—Nany, tu crees que la hermana aria ¿Se lo haya tomado bien o mal aquella noticia?

La mujer, al escuchar la pregunta, pensó un poco y con una sonrisa amarga, le contesto.

—La verdad, yo creo que se lo tomó igual que usted.

—Lo sabía—entendió sus brazos hacía los lados.

—¿Que esperaba princesa? La princesa aria es su hermana melliza.

—Esperó que el cuñado haya estado con ella cuando supo la noticia

—Yo también lo espero...—y entonces algo en su cabeza hizo clik, algo que la hicieron palidecer—P-princesa...

—¿Si, que sucede nany?—cerro sus ojos para descansar un poco.

—...¿Que habrá pasado con el príncipe rezef?

Al escuchar el nombre de su hermano mayor, la hicieron abrir su ojos de golpe y de un saltó se levantó de la cama. Miró con una expresión angustiante a su nany.

—E-eso...—no sabía que decir.

Se le había olvidado ese "pequeño" detalle.

—...Solo esperó que la tía Madea no lo haya matado en el proceso—hizo una mueca, al tan solo habérselo imaginado.

—Y-yo también esperó lo mismo.

—Necesito hablar con aria.

—Ahora mismo le traeré papel y tinta.

—Sí.

Definitivamente, sus días tranquilos se irían cuándo regresé a casa.

—Supongo que...otra cabeza rodará una vez más.

Deshacerse de una concubina era tan simple como matar a una rata.

♕︎♔︎𝐂𝐎𝐍𝐓𝐈𝐍𝐔𝐀𝐑𝐀♔︎♕︎

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¡Aquí un nuevo capítulo!

Espero y les haya gustado, aquí les dejo la nueva portada, portada que vuelva a cambiar uno de estos días.