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Adrien

7 meses después...

Las cosas con Marinette estaban yendo bastante bien, creo que ya estaba haciendo algo de efecto en ella, quedábamos muy a menudo y hablábamos de nuestras cosas.
Íbamos al cine, a tomar unas copas... Cada día hacíamos cosas distintas.

Me sentía muy agusto con ella y por eso, había instantes en los que quería acabar con esta farsa, pues me estaba involucrando demasiado.

Amenacé al tal Jake que me contrató, de dejar este "juego", pero el me pidió que porfavor no lo hiciera, y me pagó mucho dinero, a cambio de seguir. Yo no quería lastimar a Marinette, pero necesitaba ese dinero. Lo necesitaba mucho.

Marinette y yo nos dimos nuestros teléfonos e Instagrams, y así podíamos contactarnos.

Me senté con ella como cada día, a su lado.

El director anunció que debíamos hacer una exposición y la cara de Marinette palideció cuando éste lo comunicó.

Cuando la clase acabó, acompañé a Marinette a su casa.

Adrien: Hey, Marinette, ¿Estás bien?

Marinette: No, no lo estoy, me entran ataques de pánico cuando tengo que hablar en público.

De pronto, la voz de Marinette se quebró mucho.

Marinette: Además, me siento una inútil en todo lo que hago.

Marinette se puso a llorar, sus palabras y lágrimas me partieron el corazón.

Adrien: Eh, de eso nada, lo haces todo genial, eres muy útil, eres suficiente y eres maravillosa en todo lo que haces.

Marinette: No, no soy nada de eso..

Adrien: Sí, lo eres, y la exposición la harás genial. Muchas veces con mirar a una sola persona que te provoque confianza es suficiente.
Puedes mirar a Alya... O a mi. No hace falta que mires a los demás.

Marinette: Está bien... ¿Puedo abrazarte?

Joder... Abrazarme...

Adrien: Sí.

Ambos nos abrazamos y mi mano se deslizó por su cintura y se notaba la diferencia de estatura entre ambos.

Los dos dejamos de abrazarnos y nos sonreímos.

Cuando por fin llegó el momento de la exposición, Marinette lo hizo genial y decidió mirarme a mi para centrar la atención en una sola cosa.

La felicité y nos quedamos un tiempo hablando.

Marinette: ¿Te puedo pedir un consejo?

Adrien: Sí, claro.

Marinette: ¿Conoces a Jake? El compañero que saludo muy a menudo en el descanso.

Adrien: Ah, si, Jake.

Solo podía pensar en porque me nombraba a ese imbécil.

Marinette: Yo... estoy enamorada de él, y me gustaría declararme, para quitarme la duda de si siente algo por mi.

De repente sentí una punzada al saber que estaba enamorada de ese idiota, estaba enamorada de un tipo que había contratado un gigoló que le quitara la virginidad y la dignidad. Ella no se merecía eso, merece alguien que la ame.

Marinette: ¿Adrien?

Adrien: ¿Si?

Marinette: Te decía, que si debería decirle directamente o poco a poco.

Adrien: Eh...

Me quedé en blanco, no sabía que decirle.

Adrien: Como te salga. Es mejor no planear nada, es mejor improvisar.

Marinette: Vale, gracias Adrien, eres el mejor. Me declararé mañana.
Ya me voy, es la hora de comer.

Adrien: Te acompaño a casa.

Marinette: Vale, gracias.

La acompañé, nos despedimos y luego, me fui a mi casa, donde hablé con varias personas.

La acompañé, nos despedimos y luego, me fui a mi casa, donde hablé con varias personas

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Continuará

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Continuará...

🔹El gigoló y ella 🌸 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora