Advertencia: muerte del LECTOR
.
.
.
.
.
.
.
Resoplas mientras balanceas los pies, sentado en el saliente de una pared. Aún te sentías agotado por la extracción diaria de sangre, aunque hubiera sido hace unas dos horas.
No sabías muy bien qué hacías ahí fuera, deberías haberte ido a casa hace un rato. Probablemente estabas preocupando a tus compañeros de casa. No, tacha eso, probablemente ni siquiera se habían dado cuenta de que te habías ido en primer lugar.
Dejas escapar una bocanada de aire, moviendo las manos hacia atrás para apoyarte en el respaldo de la pared y mirando al cielo. Era extraño. Había luz, pero el cielo estaba oscuro y nunca habías sido capaz de ver de dónde venía la luz. Ni siquiera podías ver estrellas, eso era lo más raro.
Entonces oyes por detrás a dos personas que hablan detrás de ti, acercándose antes de detenerse y arrastrar los pies.
Bajas los ojos del cielo negro, mirando detrás de ti para ver quién se había acercado. Eran dos chicos, uno de pelo negro y ojos verdes, el otro de pelo rubio y brillantes ojos azules.
Tus ojos y los azules se conectan, tus ojos sin parpadear, mientras que los de él parpadean rápidamente. Él aparta la mirada y un rubor sube por su cuello.
Sonríes suavemente, antes de girar las piernas y saltar de la pared. Te acercas tranquilamente a los dos chicos un poco más pequeños.
Extiendes una mano y dices: "Hola, soy (N) Tengo 14 años".
El chico de pelo negro entrecierra ligeramente los ojos, antes de coger mi mano y responder: "Yuichiro Hyakuya, 12 años".
El rubio le devuelve la mirada y me coge la mano vacilante después de que Yuu la retire. "Yo soy eh, Mikaela Hyakuya, también de 12 años".
Sonríes suavemente y le besas el dorso de la mano, notando cómo su rubor aumenta. "Encantado de conocerlos, chicos guapos, ¿los acompaño a casa? Parecen de los que encuentran problemas fácilmente".
"No tienes ni idea", se queja Mika en voz baja, lo que te hace reír suavemente.
Entonces coges la mano de Yuu y empiezas a andar. "Vamos, ustedes dos. ¿Por dónde es?"
Mika parpadea un par de veces antes de sonreír y empezar a caminar contigo, dando indicaciones, mientras Yuu se queda malhumorado.
~~Un mes después~~
Tú, Mika y Yuu habian estado saliendo más a menudo durante este tiempo. Habías conocido a su familia unas cuantas veces, todos te parecían adorables, así que los cuidaste todo lo que pudiste mientras estuviste por allí.
Pero no podías evitar sentirte... mal.
No les habías contado tu plan, pero no querías que se hicieran ilusiones ni que te acompañaran. Ahora era muy, muy peligroso. Volverías a por ellos, cuando todo fuera mejor, cuando fuera seguro.
~~~~
No podías creerlo. Habías sido más listo que ellos. Estabas escapando.
Tus ojos se abren de par en par cuando algo se precipita delante de ti, hacia lo alto de las escaleras por las que subías a toda prisa. Antes de que puedas detenerte, una mano te rodea el cuello y tira de ti. Tu espalda choca contra el pecho de alguien y el agarre se hace más fuerte, haciendo que te ahogues y te agites.
"Tranquilo, corderito, no te resistas", una voz suave te zumba al oído. Prácticamente puedes oír la sonrisa en su voz. "Creo que te has perdido. Qué tal si dejamos esto atrás, a cambio tienes que darme tu sangre, como mi precioso Mikaela".
