La senda del ninja

275 35 9
                                    

—Estarás listo cuando estés listo, ni un minuto antes

—Un monasterio ¿Espera que aprenda a pelear en un lugar de paz?

—No a pelear, a entrenar. Para ser un verdadero ninja, primero debes poder ver lo que otros no ven

Kai no entendió a que se refería su maestro, el sensei Wu, con esas palabras, y podía estar seguro de que así seria durante bastante tiempo.

Más de medio año había pasado desde que él y Nya, su hermana menor, llegaron a vivir al monasterio. Seis meses un tanto diferente a lo que había sido su vida hasta el momento, donde secretos del pasado de su familia se revelaron, Kai aún ve el rostro de su padre cuando piensa que el fuego que controlaba en el pasado ahora le pertenece, se pregunta si Nya se siente igual respecto a su madre. En el pasado habían escuchado de los maestros elementales, pero nunca imaginado que sus padres eran parte de ellos.

En ese tiempo también hicieron amigos, los otros estudiantes del sensei, Jay que era divertido, pero Kai apreciaría que dejara de coquetear con su hermana, Cole que se había vuelto su mejor amigo y tenía cero talento para la cocina, y Zane que era... diferente, a Kai le agradaba, pero nunca se imaginó tener a un androide de compañero, y también estaba Morro quien parecía ser el hijo del sensei, no sabía que pensar de él, rara vez lo veía y cuando lo hacían nunca cruzaba más de unas palabras.

Kai vio a través de la ventana de su habitación recordando su antiguo hogar, se aseguró de cerrar bien la ventana y se dispuso a dormir. Estaban mejor en el monasterio, lejos de cualquier peligro, al menos por el momento.

Al amanecer Kai se despertó de mala gana y se arregló para salir al patio junto a los demás.

—Odio los ejercicios matutinos —se quejó Jay— si ya entrenamos todo el día, ¿por qué tenemos que levantarnos más temprano?

—Tener un horario variado de ejercicios y actividades, desarrollar disciplina y ayuda a la mejora del aprendizaje —explicó Zane realizando sus estiramientos.

—¿Dónde está Nya? —pregunto al no ver a su hermana.

—Es su turno de hacer el desayuno —hablo Jay.

—Que envidia, desearía ser ella

Escucho decir a Cole detrás de él.

—Mejor ser Morro, él nunca tiene que entrenar

Se quejó recordando como desde su llegada el de mechón verde nunca salió del monasterio.

—Ni siquiera nos ayuda con los deberes

Cole se recargó su brazo en Kai—No lo sé, pasa todo el día leyendo los pergaminos del sensei, una y otra y otra vez

—Apuesto que ni siquiera sabe pelear —se burló Jay.

—Puede deberse a un problema de salud, Morro no posee un aspecto muy saludable

Ninguno se molestó en explicar al ninja blanco que estaban bromeando, Kai aprendió bastante temprano que el chico podía ser muy listo, pero especialmente malo con las interacciones sociales.
Tomaron rápidamente sus lugares cuando su maestro se presentó.

—Muy bien, estiramientos, primero la grulla en picada

El día transcurrió con normalidad, una vez terminados los ejercicios matutinos dedicaron gran parte de su tarde a entrenar utilizando sus poderes elementales. Kai se sentía orgulloso de su progresó, cuando trabajaba como herrero siempre se sintió a gusto con el fuego y ahora era capaz de crearlo y manipularlo a su voluntad.

Caída la noche los cinco se reunieron en la sala común para a palabras de Nya, una noche de c̶h̶i̶c̶a̶s̶ amigos. Se apoderaron de la televisión para probar la vieja consola de Jay, Nya arreglaba en trenzas el cabello de Cole, quien leía la carta que su padre le había enviado, y Zane presionaba toda combinación posible de botones en su control.
Jay y Kai se encontraban en mitad de un todo o nada en Puño o Muere, una pelea equilibrada, con ambos dando todo para ser el ganador, Kai vio de reojo a Cole, para decirle como podía tomar el lugar de Jay una vez acabará con él.

—¿Paso algo? —se aventuró a preguntar, al ver el rostro enfadado de su amigo.

Cole no respondió, pero Nya dio la noticia— Han atacado la aldea Yanshan

—¿Qué?

Pregunto atónito, no presto atención a la pantalla que coronaba a Jay como el ganador. Sintió el odio crecer en él, otro ataque en tan poco tiempo, si tan solo hubiera hecho algo.

—Eso está muy cerca de tu ciudad —recordó Zane.

—Lo sé

Hablo por fin Cole guardando la carta, más que molesto, ahora se notaba preocupado.

—Han pasado años desde que se acercaron tanto

Ninguno hablo después de eso, el ambiente era pesado, eran ninjas, entrenaban para esa clase de cosas y aun así no hicieron nada.

La noticia oficial fue que el ataque a la aldea Yanshan fue obra de Los hijos de Garmadon, pero Kai sabía que los culpables son los mismos demonios que acabaron con su aldea.
El aroma a sangre sigue fresco en sus recuerdos, los gritos y el llanto aún lo hacen tener pesadillas, y el calor de las llamas que los protegieron a Nya y él es lo único que le recuerda que hizo todo lo posible para protegerlos a ambos.

SempiternusWhere stories live. Discover now