No me puedo enamorar.

Capitulo 8

Muchos pensarían que este era un trabajo fácil, pero no era así. Tenia que cuidarse de los hombres que pensaban que una chica que baila con poca ropa, era una mujer fácil; no era así.  Trabajar en un lugar así era muy difícil, pero luchaba por cuidar a su hermana, ella era todo en su mundo.

— ¿Te encuentras bien? — giró al ver a Gastón.

Él era el novio de Rochi y alguien que se había convertido en un gran amigo. Vendría siendo como el hermano que no tuvo. Sonriendo, lo saludó con un beso en la mejilla.

— Creo que tu novia de ha contando. — suspira, mientras mira su vaso con agua.

— La verdad sí. Felicidades por tu noviazgo, pero no te veo muy feliz.

— Lo estoy..... Solo es qué..., es tan difícil Gastón. Vos sabes lo que trabaja Rochi, pero mi novio no.

— Es difícil para un hombre ver a su novia trabajar en esto, no te mentiré, pero cuando se confía no importa lo que la mujer o hombre que se ame trabaje. Cuando conocí a Rochi fue aquí, vine con unos compañeros y la vida bailando. Quedé cautivado por su belleza y no había noche que me perdiera con tal de verla. Me di cuenta que Rochi era una mujer respetable y me acerqué a ella hasta que nos hicimos mas íntimos, nos hicimos novios y confíe y confío en ella. Si ese hombre que amas no te entiende y porque trabajas aquí, no vale la pena.

— Gracias Gastón. Tal vez en algún momento me atreva a contarle todo. Te dejo debo servir.

Se levantó y fue atender a los clientes. Así estuvo hasta que llegó la hora de salir; casada subió al taxi y la llevó a su casa. Al llegar abrió la puerta; fue directamente al cuarto y se quedó profundamente dormida.

La alarma la despertó y cansada fue al cuarto de Estrella y la movió para despertarla

— Enana, vamos arriba. — dijo soñolienta. — debes alistarte para ir a clases. — dio un bostezo.

— Mmmm......

— Tenéis que levantarte para ir a clases. — volvió a repetir.

— Ya voy. — gruñó.

Estrella se levantó y fue al baño.  Lali fue a la cocina a prepararle el desayuno. Cuando termino de hacerlo le puso el plato en la mesa y la llamó

— ¡Estrella a desayunar!

— Ya voy.

Gritó saliendo del cuarto. Puso su mochila aún lado.

— Hermana, ¿como te fue?. — preguntó antes de llevarse una tostada a la boca.

— ¿Con qué? — la miró con la gusta cansada, mientras desayunaba.

— Tu cita de ayer. ¿Ya tengo cuñado?

Lali se atraganto con la comida para tener ocho año, la hermana era muy directa. Tosió y tomó un poco de jugo.

— ¿Y?

— Sí, Estrella. Ya somos novio.

— ¿Qué más?

— ¿Que más?

— ¿Cuándo voy a conocer a mi cuña?

— Muy pronto.

— Ese muy pronto no lo siento real. ¿El domingo tu no trabajas por qué no lo traes? Quiero conocerlo —  lo dijo emocionada.
— No sé, voy a hablar con él. Termina de comer, para irnos.

— Okay, pero acordarte que quiero conocerlo.

— Sí Estrella.

Al terminar de desayunar. Lali se cambió de ropa y la llevó a la escuela. Le dio un beso en la frente y se fue a su casa para hacer sus quehaceres, aunque estaba cansada no podía volverse a dormir.