─ Tienes dos opciones: ¿Aceptas casarte conmigo y tener a mi hijo? ¿O me dejarás convertir a tus súbitos en pilas de cadáveres para pisar sobre ellos mientras me siento en tu trono? ─Earth Namuang
Las consecuencias de un impulso lo destruyen, Mix Th...
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Cuando Mix abrió los ojos, lo primero con lo que se encontró fue con la habitación en un desastre total, los cuadros en las paredes estaban torcidos, las patas de algunos muebles como la silla en la esquina estaban rotos, la puerta corrediza que daba al jardín de la propiedad tenía residuos blancos de dudosa procedencia, la cama en la estaba tenía las sabanas en el piso y las almohadas dispersas a lo largo del suelo, al igual que su ropa.
Su rostro se sentía caliente ante los obvios sucesos que pasaron, la rudeza con la cual fue tomado fue algo que aun tenía a su cuerpo sufriendo los estragos, sus piernas se sentían débiles y sus caderas le dolían, prácticamente era como si un camión le hubiera pasado por encima, pues cada músculo de su cuerpo estaba entumecido a causa de las largas horas en las que pasó en posiciones completamente desconocidas hasta esa noche.
Miró por sobre su hombro para ver que el lado de su cama estaba vació, inmediatamente sintió su corazón hundirse y lentamente se incorporó en la cama, jadeando al sentir como un poco de líquido viscoso salía de su entrada y se deslizaba por sus muslos, se mordió los labios mientras trataba de pensar en lo que haría.
Sabía que en algún punto las pastillas que su madre le dio para prevenir el embarazo habían caído debajo de la cama y que Earth no pareció percatarse de ellas debido al estado casi en celo con el cual lo tomó, su mente se debatía entre tomarlas ahora o no, pero, ¿Haría alguna diferencia?
Con la cantidad de veces con las cuales el rey se vino dentro de él, era casi 100% seguro de que quedaría en estado, no tenía que ser médico para saberlo, además de que si se tomaba las pastillas y estas por algún milagro del cielo si evitaban que quedará embarazado, eso solo levantaría las sospechas de las personas en el reino, porque todas seguramente esperaban que Mix estuviera esperando tan pronto regresará de ese viaje, en la mente de sus súbditos no había razón del porque no quedaría.
Conocía las consecuencias de si no encargaba de una vez, la desconfianza de Earth se haría insoportable y las miradas y susurros de aquellos en el palacio que deseaban bajarlo de su posición iban a ser evidentes, lo llevarían al borde y en el estado emocional en el que se hallaba, terminaría cometiendo o traición o suicidio, no había una opción entre medio.
Con gran pesar decidió ignorar el consejo de su madre de no tener un heredero, se odiaba por pensar que si daba a luz ese bebé asumiría toda la carga de convertirse en el siguiente a la línea del trono, no quería, pero si cumplía con su parte del trato, posiblemente Earth lo dejaría libre, sin embargo, esa idea no era de su agrado, porque significaría abandonar a su cachorro y él, por mas miserable que sería su vida, nunca podría hacer tal cosa a un ser inocente.
El bebé no tendría culpa de que sus padres se unieran a causa de una amenaza de guerra.
Lo peor de todo era que en el fondo, no quería dejar a Earth o traicionarlo así, no debería de importarle Namuang, incluso debería de aborrecerlo con todo lo que tenía, pero la forma en la que lo acaricio en sus brazos hasta que se quedara dormido, las dulces palabras que le susurró entre sueños, los pequeños besos que le dio con cada embestida, fue suficiente para hacer dudar de lo que estaba haciendo.
