— Hoy iré a ver a Miguel de nuevo. —Mencionó Javier a su amigo, Víctor.
— ¿Y se lo dirás de una vez o seguirás siendo un cobarde?
Víctor soltó una carcajada burlona, Javier se sintió ofendido, no lo iba a admitir.
— Al menos no tuve que alcoholizarme para ser honesto. —Burló al castaño.
— Hola —Llegó May a saludar con calma.
— Hola May —contestó amablemente el azabache.
— Y-Yo debo irme. Recordé que tenía algo que-que hacer en.. ¡en la clase de ciencias! Nos vemos luego. —Balbuceó el castaño, mientras se iba.
— Vaya...
Antes de que Javier pudiese reaccionar se encontraba "solo", bueno, técnicamente estaba rodeado de un montón de personas, que interactuara con ellas, eso sí, ya es algo distinto.
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Eran las 6:50 y la paz de Javier se vio aturdida por una alarma en su celular.
— ¿Quién cojones puso está alarma? —Habló para sí mismo el azabache.
Miró su teléfono y el título citaba "Gracias por no olvidar el favor que te pedí Javi ;)". Tan pronto leyó eso un "balde de agua neuronal" refrescó su memoria, debía ir a buscar a May. Agarró sus llaves y se fue de una vez, agradecía lo perspicaz que era Víctor.
Al llegar a la casa del muchacho de hebras violetas, tomó su celular y marcó su número esperando a que salga, el buscar a ese chico lo había puesto pendiente de la hora, estaba ansioso, el azabache también tenía una cita.
Se apresuró bastante para hacer llegar a May a su destino y tan pronto como lo despidió, se dirigió con toda la velocidad que le permitía la ley a su hogar a prepararse, no lo iba a admitir, pero le emocionaba ver a ese chico mayor.
Al llegar a su hogar tomó una ducha eligió su vestimenta y se preparó correspondientemente desde un ámbito general, ese proceso le había robado una hora de su tiempo y en eso se volvieron las 9:30.
Arrancó su vehículo dispuesto a ir al hogar del rubio que tanto ansiaba ver y al llegar se le hicieron las 9:50, llegó bastante temprano en su opinión. Decidió apagar el auto y bajarse de este para esperar afuera al universitario. Llamó a su celular y este chico contestó de inmediato, una charla breve en la cual Javier informó de su presencia y requirió por la de Miguel.
Al oír el sonido del picaporte de la entrada bajándose, Javier levantó la mirada de su celular prácticamente al instante, lo observó unos segundos, segundos en los cuales Miguel se acercaba a él.
