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Vi a On-jo tirada con una de esas cosas sobre ella, no lo dudé ni dos segundos y corrí hacia esa cosa, sosteniendo el palo como si fuera un bate lo estrellé contra la cabeza de ese monstruo.

On-jo me miró con los ojos muy abiertos y le tomé el brazo para levantarla. La cafetería era un completo caos, todo el mundo gritaba y esas cosas estaban por todos lados.

Cheong-san se acercó a nosotras y nos jaló hasta estar debajo de una de las mesas. Estaba igual de aterrorizado que nosotras. Los rociadores anti-incendios se encendieron y los tres terminamos en el piso por culpa del suelo mojado.

Una chica que estaba junto a mí en el suelo se levantó como si no tuviera huesos en su cuerpo. Al estirarse hacia mí, hizo un sonido terrible y asqueroso, como si todo su cuerpo se estuviera fragmentando en muchos pequeños pedazos.

Se paró rápidamente y se tiró encima mío. Tiró una mordida hacia mí y el palo de trapeador quedó atorado en su mandíbula. Esta chica tenía los ojos inyectados en sangre y me gruñó como un animal rabioso.

Le di una patada en el pecho, lo cual la hizo retroceder. Me levanté mientras el monstruo seguía en el piso. Corrí hacia Cheong-san, quien ayudaba a On-jo a levantarse, tomé la mano de Cheong-san mientras le decía a On-jo que subiera a la mesa.

—Allí, vamos— les dije a ambos, mientras tiraba de la mano de Cheong-san y nos dirigía a las ventanas de la cafetería.

Unos chicos pudieron abrir la ventana y apresuré a On-jo para que saliera. Unas chicas salieron después de nosotros, pero Cheong-san no se movía.

—Baja ya, si no te apresuras vamos a morir los dos, carajo— desde abajo lo ayudé para que pudiera bajar de la ventana y volví a tomar su mano.

Corrimos hasta la entrada de la escuela, On-jo venía por detrás de nosotros mientras intentábamos esquivar todo lo que pudiera o quisiera clavarnos los dientes.

Un coche se estrelló frente al muro frente a nosotros y Cheong-san me jaló hasta subir a la parte trasera del camión y usarlo como escalera, después nos ayudó a las dos para subir por el balcón y llegar hasta el edificio.

Entramos por una ventana justo en las escaleras. Había gente gritando y corriendo en todas direcciones.

On-jo y Cheong-san terminaron en el piso. Uno de esos monstruos estaba encima de Cheong-san intentando devorarlo así que me apresure a tomar  el palo de trapeador con las dos manos y golpeé a esa cosa tan fuerte como pude, alejándolo al fin de Cheong-san.

On-jo tomó el extintor y apuntó hacia esas cosas para alejarlos lo más posible de nosotros.

Volví a tomar a Cheong-san de la mano y jale la manga del suéter de On-jo para correr lo más rápido posible hacia nuestra clase.

Al llegar toqué la puerta de la clase lo más rápido que pude viendo la cara de Gyeong-su adentro. Me estiré hacia la ventana y la abrí.

—Abre la maldita puerta ahora, Gyeong-su, o tu madre sabrá lo que guardas bajo tu cama— rápidamente nos abrieron la puerta y los tres entramos para después cerrar la puerta tras nosotros, solté el suéter de On-jo y tiré el palo al piso.

Me apresuré a mirar a Cheong-san y solté su mano para examinar su cara con detenimiento.

—Dime que estás bien, ¿te rasguñaron? ¿mordieron? ¿Te duele algo?— él tomó mis manos y me lanzó tantas preguntas al mismo tiempo que solo pude negar con la cabeza.

Quitó suavemente el cabello de mi rostro y luego pasó su mirada por mis brazos pero solo asintió con la cabeza.

—¿Afuera sigue todo igual?— Gyeong-su preguntó sacándonos de nuestra pequeña burbuja de preocupación mutua, se veía igual de aterrado que todos nosotros. Yo solo le asentí como respuesta.

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⏰ Última actualización: Mar 26 ⏰

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