Una vida juntos

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///Renji///

No creo que para nadie sea una novedad que estoy total, completa y absolutamente enamorado de Byakuya. De manera curiosa, no es algo que surgió cuando me besó aquel día, sino que vino creciendo desde la primera vez que interactuamos hace demasiado tiempo, cuando para él no era nadie más que el tipo que atendía la barra de su café favorito.

Recuerdo que pasaba horas mirándolo y escuchando de fondo las burlas de mis amigos, pero a mí no me importaba, porque desde el primer instante en que lo vi, Byakuya se llevó consigo además de un té de flores de cerezo, también mi corazón.

Es por eso que ahora que nos conocemos mejor, nos queremos y hemos iniciado esta clase de relación implícita yo simplemente me siento...feliz. Dichoso porque si bien no soy el tipo más rico ni el más inteligente, alguien tan maravilloso como Byakuya decidió darme una oportunidad.

Quizás lo he idealizado de más en mi mente, pero no puedo evitarlo y no me avergüenza, no cuando lo creí inalcanzable y ahora soy el que puede acariciarle ese rostro angelical que tiene mientras nos besamos bajo el cálido sol de la isla. Y es que ni siquiera tiene que haber besos entre nosotros para que lo vea y sienta que es Byakuya quien cada noche vuela poniendo las estrellas en el cielo y las flores en los árboles.

Me gusta tanto que realmente creo que no hay nada que no haría por él.

Y él es consciente de ello, sabe que me tiene enredado entre sus dedos y que yo estoy feliz de simplemente habitar en su presencia. O al menos es lo que me dicen mis amigos, Hisagi y Kira me repiten que está bien estar enamorado, pero que tenga cuidado, que si bien Byakuya podría realmente amarme, también podría utilizar mis sentimientos contra mí.

La cosa es que ellos no lo conocen como yo, no lo han visto sonreír mientras toma mi mano tímidamente y entrelaza nuestros dedos cada que viene a casa y nos sentamos en la sala a mirar una película con mis hermanitos. Ellos no saben cómo me sujeta de la camisa para acercarme, hacerme inclinar y así besarme siempre que salgo del trabajo.

Y definitivamente, siendo pretencioso, quiero decir que nadie más que yo lo ha visto reírse hasta que casi lágrimas salen de sus ojos cuando por un milagro he logrado hacerlo reír, porque cuando estamos sólo los dos Byakuya es diferente, es...mío. Una versión que sólo yo puedo ver y por ello, así como lo dije aquella vez, estoy feliz de recibir de él cualquier cosa que me quiera dar.

—Renji...¡Renji! ¿Me estás escuchando? Luego porqué te choca ese cretino de Jaegerjaquez, vienes muy distraído. —me reprende Byakuya a mi lado ya que vengo conduciendo.

—Lo siento, florecita, mi cabeza se fue un momento. —sus ojos se abren de más y puedo ver sus mejillas arder.

—¿Cómo me llamaste?—pregunta y me avergüenzo por igual, ya que es un nombre que uso para él en mi cabeza y se me acaba de escapar. Abro la boca y la cierro ante su mirada que pronto se ablanda. —No me molesta ni nada. —confiesa desviando la mirada y haciéndome sonreír.

—Eres el más lindo, Byakuya. —paso mi mano por su sedoso cabello, misma que él toma y deja sobre su regazo sosteniéndola.

—Y tú eres un insolente, Renji que atiende la barra, aunque también un tanto lindo, pero antes de eso, te estaba contando si viste la nota que salió en el periódico. —me suelta para tomar el periódico que le regaló un señor en un puesto del centro. Byakuya me muestra una página que miro de reojo intentando no chocar. Sólo se ven dos barcos y dos sombras en el mar.

—¿Qué es eso?

—Son tus grandes amigos, el cretino y el loco.

—¿Grimmjow e Ichigo? —hago la conexión de inmediato.

Blue (GrimmIchi)Where stories live. Discover now