XI

154 20 1
                                    

Félix

¿Que si hay algo entre nosotros?.

¿Por qué pensará eso?.

Porque claramente estaban los dos súper cerca, no, es más tu te acercaste a ella.

Ah sí, verdad. ¿Que debería contestar?.

—Tal vez. ¿Hay algún problema con eso?.—Dije un poco cortante.

Me acerqué con sigilo y lentamente hacia Marinette. No sé dió cuenta hasta que coloque su mano en su espalda.

Sentí una pequeña sorpresa de parte de ella.

Creí que me apartaría la mano, pero no, no lo hizo. Sonreí en ese momento, hasta que Adrien me miró.

—No, no lo hay. No tengo problema.—Adrien hizo un intento de sonrisa y bajo.—No te demores.

Uy, que escalofríos me ha dado de repente.

Volteo hacia Marinette y me está fulminando con la mirada.

—¿Por qué me ves así?.—Pregunté.

—¿Que por qué te estoy viendo así? Tienes ganas de preguntar.—No cambió su mirada.

Ni siquiera a apartado mi mano, cómo que no le desagrada.

—¿Bueno bueno y ahora que te pasa?.

"Tal vez. ¿Hay algún problema con eso?".—Dijo imitando mi voz.

—Aja... sigo sin entender.—Dije para molestarla, si entiendo lo que quiere decir.

—¿Hay algo entre nosotros?.—Preguntó.

—No lo sé, Dupain-cheng. Dime tú.—Mire mi mano en su espalda y siguió mi mirada.

—Q-quita tu mano. Y llámame Marinette.—Se sonrojo y se apartó.

Se quedó mirando el suelo un rato y hablo.

—Creo que el auto te espera.—Dijo sin mirarme.

—Si.—Dije.

—...

—Qui...

—Sobre la...

Hablamos al mismo tiempo interrumpiendonos.

Y en ese momento ella levanto la mirada y se echó a reír, yo hice lo mismo.

Fue inevitable no reírme.

—Dilo tu primero.—Me dijo.

—No, dilo tú. Las damas primero.—Dije haciendo una pequeña inclinación.

—No hagas eso. Es raro.—Dijo casi riéndose.—Sobre la cita que dijiste, creo que sí la aceptaré.

¿Aceptó?.

Si, creo que sí lo hizo.

—¿Y a qué se debe ese cambio repentino?.—Dije con un tono un poco sorprendido y feliz.

—No sé, si no quieres...—No terminó de decir, cuando ya la había interrumpido.

—No es éso, solo quería saber. Pero ya no importa. Si quiero.—Dije tosiendo de lo poco nervioso que estaba.

¿Solo un poco?.

Si, solo poco.

—¿Si quieres qué?.—Dijo Marinette, está vez ella acercándose.

—Que si quiero la salida. Quiero que salgamos los...—Me caye de repente cuando la tenía muy cerca y sentí una mano en la espalda.

—Me parece bien Félix.—Dijo Marinette un poco nerviosa.

Ah, con que quiere jugar al coqueteo. Yo lo hago mejor.

La mire a los ojos y la tomé delicadamente por la cintura.

Sentí como me sonrojaba y ella igual.

—B-bueno.—Dijo Marinette queriendo alejarse.

No la soltaré.

—Bueno, yo te digo cuando será. O no, mejor dime tú.

—Esta bien.—Dijo tranquila.

—Creo que ya debería irme, si es que no me han dejado.

Ella se rió bajo.

Yo solo la miré.

Oh no, cómo que te estás enamorando ¿No?

No sabría decirte.

—Esta bien, nos vemos.

Ahora sí la solté. Pero la tomé de la mano.

—Nos vemos.—Y le di un beso suave en su mano.

Si yo me sentí nervioso de hacerlo, ella debió sentirse el doble.

La solté y me alejé. La vi una última vez y baje.

Marinette

—¿Pero que acaba de pasar?.—Dijo Tikki.

Me quedé mirando por dónde Félix había bajado.

No tengo ni la menor idea.

Pero no me desagradó en ningún momento.

Félix no es tan malo después de todo. Es más, es un chico dulce. Si lo llegas a conocer.


¿Es posible querer tanto a alguien?Onde histórias criam vida. Descubra agora