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01| Mejores amigos

"Mejores amigos"
Narrador| Lorena

Me aseguré de que nadie más estuviera aquí, y suspirando, me senté en las gradas frente aquella gran cancha de césped, dejando mi mochila a un lado.

Mi estómago rugió, pero definitivamente aguantare mi hambre hasta llegar a casa.

—Al fin puedo saber a dónde vas a la hora del almuerzo —y cuando oí a Carter, supe perfectamente que mis esfuerzos por no ser seguida hasta aquí, fallaron.

—¿Qué haces aquí?

—Te hago compañía —contestó, como si fuese lo más obvio del mundo. Se sentó a un lado de mi, y me giré a verlo, con una sonrisa sobre sus labios como es lo usual.

—Deberías estar almorzando en el casino de la escuela.

—También tú —defendió, alzando una de sus cejas. Bufé, encogiéndome de hombros.

—No tengo ganas —expliqué, viendo la sonrisa borrarse lentamente de su rostro. Carter era carismático, o bueno, suele mostrarse así. Tiene sus altos y bajos emocionales, como cualquier ser humano, pero a diferencia de algunos, suele mantener una sonrisa para convencer a todos, incluyéndose si mismo, de que está bien.

—Tampoco yo.

—Eres un mentiroso, siempre almuerzas en este horario, deberías ir —propuse, y lo vi negar.

—No, me quedaré aquí.

—No necesito que seas mi guardaespaldas, estoy bien, Carter.

—No soy tu guardaespaldas, soy tu mejor amigo, así que no me iré —sentenció, afirmando con su cabeza para demostrarme lo convencido que estaba de su decisión. Yo reí suavemente, negando con mi cabeza en desaprobación.

—Blaise y Gray no estarían contentos de saber que no almorzaste hoy.

—Black y Amaya tampoco estarían felices de saber que no almuerzas ningún día, Lori —contrapuso, haciendo una mueca.

Lástima.

Él siente lástima por mí.

—Siempre como algo cuando llego a casa.

—Pero da igual, deberías almorzar en este horario, en la escuela —mencionó, y yo suspiré, esta vez desviando mi vista de su rostro—. ¿Pasa algo?

—No me gusta estar rodeada de todos los demás.

—Debemos decirle esto a la directora, Lori —y en cuanto mencionó a esa señora, mi paciencia disminuyó más rápido que antes.

—Ella no hará nada, y no quiero hacer de esto un alboroto.

—¿Un alboroto? —su ceño se frunció, y esta es de las pocas veces que veo su expresión tan tensa—, es más que un alboroto, y lo sabes —cuando guardó silencio, volví a llevar mirada hacia otro sitio—. No sé por qué te quedas callada cuando muchos idiotas en esta escuela se divierten molestándote.

—Fui problemática cuando era pequeña, y no soy la chica más graciosa o risueña, es normal que me tengan como blanco de burla.

—No es normal, no digas algo como eso —sentí su mano sobre mi hombro, y suspiré, acomodándome para sentarme de mejor manera sobre la superficie de la grada—. Cuando éramos pequeños me molestaban también. Tú fuiste mi única amiga y defensora.

—Pero no necesitas ser mi defensor ahora.

—Sé que puedes sola si así lo quisieras, pero soy tu mejor amigo, y no me gusta verte así —dijo, aún serio.