Nunca imaginé estar en una situaciones tan extrema, una dónde mi corazón este expuesto a un daño horrible, siempre quise estar con el pero lastimosamente hubo algo que desvío mis sentimientos hacia el y desgraciadamente me entregué a el cuerpo alma...
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Yakelyn
A ver como lo explico, no es nada fácil ni sencillo, mis emociones no están del todo bien, mi cerebro no da ordenes correctas y mucho menos mi corazón, siento que ahorita me encuentro en una montaña rusa, me siento tan débil y frágil al mismo tiempo, no podre contenerlo por mucho tiempo, si no lo suelto me matara, trato, no, trate de apaciguar el dolor y la angustia, pero fue imposible.
No soy consciente de lo que hago en estos momentos, me siento tan perdida que no sé a dónde voy o donde estoy, de lo que si estoy segura es de que tengo mucho, pero mecho miedo.
-! eh, Yakelyn ¡- una voz ronca me hizo reaccionar- ¿estas...?
-mucho gusto Fernán - le extiendo la mano a un chico algo bajo, con sus ojos color miel, pero este me mira confuso.
-no, Gavi -
- yo soy Fernán, un placer conocerla- ¡Incomodo, los acabo de confundir! ¡pero en donde estoy.!
-si... mucho gusto.
-bueno, no sabíamos que ibas a traer compañía Pedri - Fernán me mira
-creme ni yo tampoco- los tres se me quedan viendo
Los dos chicos, camina delante del chico canario y de mí, de verdad, necesitaba un poco de aire, sé que lo que hice estuvo mal, me comporte como una verdadera idiota, si, acepto me pase, pero es que no lo soporté, no tenía tiempo para lidiar con problemas absurdos, sé que Alex lo hizo con una buena intención, se también que me precipite al decirle lo de la chica esa, que ni en sueños la conozco, pero para recibir una noticia mala más otra no me callo nada bien.
-no te conozco del todo, pero sé que no estás bien- el chico canario suelta de pronto, levanto mi mirada y lo veo a él, caminando a unos pasos delante de mí, con sus manos metidas en las bolsas de su pantalón- sea lo que sea puedes contármelo-
-te aburrirás con cosas absurdas-
-soy muy bueno escuchando- me miro a los ojos - suéltalo, no lo reprimas.
Trate, juro que trate de contenerlo, pero no fue así, solo basto que él se parara de un solo golpe y que yo chocara en su pecho, mis lagrimas salieron en grupo, no paramaban de salir.
Lo solté todo, la angustia y el dolor salía atreves de mis lágrimas, me sentí en un lugar seguro de poder hacerlo, no sé cuánto tiempo paso, pero al momento de querer levantar mi cara para dejar de llorar y mirar la cara del chico, este me tomo en su brazos, haciendo que mi cara quedara de lado, su abrazo lo sentí seguro, me sentí... segura, su olor se impregno en mí ropa, llego hasta mi nariz, termine de lloriquear en los brazos del chico canario, lo se, lo siento y creo que... y creo que muchas cosas están por pasar << ¡¿Qué me has hecho chico canario?! >>
