XIII

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❝ eye for an eye / ojo por ojo ❞

Daenerys Targaryen despertó después de haber caído dormida tras el pecaminoso acto sin la presencia del Príncipe canalla a su lado. Asustada de haber sido abandonada de nuevo se levantó acomodando su vestido, le fue difícil hacerlo sola pero por suerte su clara experiencia pudo lograrlo. Salió de la campaña en donde estaba y con la mirada buscó al albino, al momento de encontrarlo mirando el horizonte sintió un gran alivio así que se acercó sin siquiera pensarlo.

Cuando él sintió la presencia de ella agachó la cabeza para después mirarla.

- ha comenzado, alguien domó el dragón de mi esposa, estamos en problemas si la reina decide atacar. - dijo Daemon Targaryen mientras sostenía la mano pálida de la castaña.

- ¿Crees que haya sido organizado por Alicent? - preguntó consternada la princesa a la vez que observaba a Vhagar volando por aires.

- no lo sé pero sea quien sea el jinete es mejor que esté de nuestro lado. - contestó su tío mirándola, ambos sabían que algo peligroso se acercaba, un peligro del cuál estarían envueltos.

En otro lado, no muy lejos de la playa, se encontraba un jóven Aemond bajando de su nuevo dragón que había aterrizado hace un momento en la cueva en donde pertenecen los demás encontrándose a sus sobrinos y primas esperándolo furiosos por el robo de Vhagar, dragón de Laena Velaryon anteriormente.

Una discusión llegó entre los menores hasta el punto en el qué comenzaron los golpes, Lucerys resultó herido con una nariz rota por proteger a sus primas de los empujones que el albino les daba, Jacaerys si logró darle en un par de ocasiones golpes a Aemond pero gracias a la habilidad del niño pudo evitar unos cuantos y ganarle, el mayor de los hijos de Daenerys sacó una pequeña navaja de su bolsillo e intentó asustar a su tío pero fue derrotado con un golpe que lo dejó en el suelo, Aemond tomó una piedra acercándose poco a poco de forma intimidante a Jacaerys pero Lucerys con la navaja que cayó al suelo logró cortar su rostro haciendo que perdiera un ojo.

Aemond gritó del dolor hasta que llegaron los guardias deteniendo tal pelea, al ver como el albino menor tenía su rostro lo llevaron de inmediato a que le curaran. Aunque la pérdida ya era clara.

Rodeados de adultos, los niños seguían peleando sobre el por qué comenzó tal pelea. Haciendo que el rey Viserys les hiciera callar hasta que las puertas se abrieron dejando ver a una Daenerys preocupada que corría hasta sus hijos para envolverlos en sus brazos, furiosa, acomodó su larga cabellera castaña que no arregló después del acto pecaminoso con Daemon y miró a Alicent de forma algo psicópata.

- como osas a traer casi en juicio a mis hijos, Alicent. - reclamó la Reina de dragones. - debieron llevarlos con un maestre, ¿ya vieron su nariz de Lucerys?

- ¿acaso no estas viendo a mi hijo? Tú hijo le arrancó un ojo con una navaja, es un príncipe.

- mi hijo también es un príncipe, Alicent. - ambas se miraron como si se fuesen a matar una a la otra.

Daenerys desde donde estaba observó a Aemond que la miraba con neutralidad, se le veía tranquilo pero inquieto a la vez. Era obvia la cicatriz de su ojo, pero, realmente le importaba más la integridad de sus hijos que de su hermano.

𝐔𝐍𝐇𝐎𝐋𝐘 | Daemon TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora