xxi.

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sunghoon logró que heeseung se quedara ese domingo, con la condición de que volvieran a dormir juntos. a sunghoon le asustaba de sobre manera el poder ser atrapados en su misma casa, pero empujaba todo miedo lejos cuando heeseung lo besaba despacio y con cariño, tal y como estaba haciendo ahora, estando ambos en el cuarto de sunghoon, parados en medio del lugar besándose sin tregua.

sunghoon se sobresaltó cuando heeseung le quitó el suéter de lana, la corbata y luego comenzó a desabrochar los botones de su camisa.

¿cómo detener algo cuando estás tan perdido en las cosquillas de tu estómago por los besos?

heeseung acarició sus costados cuando no hubo ropa en la parte superior de sunghoon.

—cierra los ojos. —le susurró sobre los labios. sunghoon obedeció, mientras heeseung elevaba sus brazos y los dejaba ahí. —dejalos ahí.

sintió a heeseung moverse por el cuarto, sus ojos aún estaban cerrados y sus brazos sobre su cuerpo. su respiración ligeros jadeos de anticipación. algo fue puesto sobre sus brazos y pronto su torso estaba siendo cubierto por un objeto suave y ligeramente frío. sunghoon abrió los ojos y observó con los ojos algo nublados su pijama cubriendo su cuerpo. heeseung estaba a unos pasos sonriendo de forma burlona y confiada.

había sido engañado.

—eres realmente cruel.

—estabas tan jodidamente precioso... créeme que ocupé mucho de mi autocontrol para vestirte, mi amor.

—¿no quieres...?

formularlo fue difícil, sunghoon era realmente nuevo en cuanto a relacionarse y usualmente solo se dejaba llevar junto a heeseung.

—no, no es eso, ni lo pienses... es algo demasiado cursi, no lo diré.

heeseung le dio la espalda y se desvistió. no hablaron más del tema, solo se abrazaron bajo las mantas. despertaron, desayunaron y se fueron juntos. un poco más tarde de lo que sunghoon acostumbraba porque heeseung decidió que quería cocinar y tardó quizás media hora en hacer unas cuantas tostadas.

lamentablemente cuando llegaron había demasiada gente, demasiados ojos observándolos bajar juntos del mismo auto.

—nos vemos al final del día ¿sí? —le dijo en voz baja a heeseung mientras se encaminaban a la puerta de entrada.

—¿hasta el final del día?

—tengo que trabajar...

—no en el primer receso.

—quiero dedicarle un poco de tiempo a jiu.

—¿debería estar celoso? —heeseung se acercó solo unos centímetros para decir eso, y aún así sunghoon sintió que ese mínimo detalle fue visto por todos en el pasillo.

—no, tonto, nos vemos.

soobin lo recibió con una amable sonrisa, y para su sorpresa, ambos dieron un paseo por la escuela en vez de quedarse a organizar documentos o tener conversaciones con alumnos.

—¿por qué estamos paseando?

—es un bonito día. —soobin sonaba sospechoso, aún así lo siguió. —¿cómo has estado?

la pregunta lo tomó por sorpresa, pero sunghoon, junto a una amable sonrisa, respondió. —bien, muy bien.

—¿qué piensas hacer esta semana?

—pues venir aquí todos los días.

—¿nada más?

soobin se detuvo. se observaron por unos segundos sin decir nada, sunghoon no estaba seguro de qué responder, parecía que soobin estaba esperando que dijera algo en particular pero averiguar qué, estaba siendo un problema.

—no. —terminó por decir.

—¿realmente no lo sabes?

sunghoon negó con confusión.

—¿qué cosa? no entiendo de qué hablas.

—nada, nada, olvídalo.

volvieron a la oficina cuando el timbre sonó. por supuesto, sunghoon no curoseó sobre el tema, no era correcto si soobin no quería.

jiu estaba puntual en la puerta del lugar, y le dedicó el tiempo que ella se merecía. poniéndola al tanto de sus planes de mudarse sin ir más allá en las razones más que su deseo de independencia y libertad.

—quizás así dejas de vestirte como un abuelo. —molestó ella.

—me gusta vestirme así, estoy acostumbrado.

al terminar el receso, soobin seguía igual de feliz y alegre sin revelar la razón.

—¿desde cuándo vives con tu esposa? —preguntó sunghoon cuando su curiosidad fue más grande.

—ya vamos a cumplir seis años de vivir juntos, y cuatro de casados.

—¿cómo supiste que querías pasar tu vida junto a ella?

—no hubo una razón, o algo así como un momento "eureka", solo lo supe... la ví a los ojos y me sentí en casa. entonces lo supe, ella era mi hogar. —soobin sonrió y sunghoon lo siguió.

—eso es precioso.

—no me hagas ojitos, sunghoon. estoy casado y enamorado. —con una sonrisa burlona, soobin alzó las manos.

—¡no te hacía ojitos! —riendo, sunghoon se dejó caer en una silla. —hemos dejado atrás todo tipo de lenguaje formal...

—sigues hablando muy formal para ser tan joven.

—no puedo evitarlo, hay muchas cosas de mi que no sé cómo cambiar.

era algo cierto, lo había intentando, pero era difícil cambiar algo que se te había sido inculcado por tanto tiempo.

—no tienes que cambiar nada de ti si no quieres. —aconsejó soobin.

a veces, el hombre se comportaba como un hermano más que su mismo hermano de sangre.

—sabes... —continuó soobin. —heeseung no ha venido en una cantidad récord de días. gracias, sunghoon.

—¿por qué me agradeces a mi?

porque está tan ocupado pensando en ti que ya no se mete en problemas.

sunghoon enrojeció hasta las orejas, soobin no era idiota y claramente ya había captado que había algo entre ambos.

eran novios.

aún era algo extraño de decir en voz alta, por lo que guardó silencio ante la sonrisa cálida de soobin.

al salir al almuerzo y caminar hacia la cocina, se preguntó si las cocineras también sospechaban o sabían algo, también se cuestionó el pedirle a soobin que fuera un secreto y que por favor no lo compartiera con nadie. terminó por aceptar que era estúpido, la gente no era ilusa, y su relación con heeseung era fácil de adivinar.

mientras se preparaba para servir almuerzos, nicholas apareció frente a sus ojos con semblante serio y pensativo.

—¿es tu novio? —preguntó apenas llegó.

—¿heeseung?

sunghoon se mordió el labio. esa simple palabra era suficiente para delatarlo y nicholas captó enseguida, lo supo con solo verlo.

—¿por qué heeseung? —preguntó segundos después, quizás tomándose su tiempo para digerir la verdad explícita.

—¿debe existir un por qué? no lo hay, solo somos dos personas que encajaron. —sunghoon de verdad no disfrutaba hablar de estas cosas pero no dejaba de pensar que le debía una explicación a nicholas.

—esto significa... quiero decir, mh ¿aún podemos ser amigos? sinceramente me gustó tu compañía. —nicholas sonrió por fin, una sonrisa tierna que hizo a sunghoon copiarla.

—claro que podemos, tonto.

sunghoon sonrió sintiéndose emocional. era su tercer amigo en el mundo. jay, minji y ahora nicholas.

no estaba realmente seguro de si heeseung contaba como su amigo.

eterno › heehoon.Where stories live. Discover now