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Steve estaba acomodando el árbol de navidad con su esposo mientras escuchaban la radio ambos, por lo tanto veía a el rubio muy concentrado, luego, miró hacia la cuna donde un pequeño dormía con un chupete en la boca vestido con un body de reno que era muy adorable.
Billy colocaba los adornos que algunos los compró la semana pasada por petición de su suegra que necesitaba ayuda en las compras y terminó con mucha decoración.
El olor dulce de él chocolate caliente junto con los malvaviscos llegaba a sus fosas nasales, se sentía bien, pero odiaba los villancicos que daba la maldita radio con la maldita navidad de los cojones, carajo estaba arto.
Pues el 24 tenía en claro que cenaria pavo con puré de papas, algunas cervezas, vinos o refresco, celebrar en familia y abrir los regalos.
Aunque su pequeño hijo estaba por dar sus pasitos y no se lo perdería por nada en el mundo, observó a Steve que está de espalda aprovechando de darle un cachetón en el culon.
-¡Billy!-
- ¡Es mi nombre!
- idiota mide tu fuerza-
- deja de llorar princesa que tu regalo será trabajo a fondo-
- oh vamos vete a la mierda-
- también te quiero-
Ambos se quedaron en silencio y luego se echaron a reír a carcajadas, el castaño abraza a su esposo abrázandolo con cariño.
Luego de la decoración que ya terminaron bailaron un poco.
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