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P.O.V. Bang Chan

La cena transcurrió de manera tranquila.

— Puedo preguntar, ¿Dónde se conocieron? – Odio la maldita costumbre de Han de hablar con la boca llena.

— Nos conocimos en la preparatoria, – contestó Yuri, a lo cual Lynette asintió – fue hace unos ochos o nueve años.

— Así es, aún recuerdo que solías usar coletas y esos suéteres de anciana.

— ¡Lyn! – le cubrió los oídos a Ji Sung, – no escuches amor.

— ¿Qué tiene de malo? – bromeó Lyn.

— ¿No se supone que un terapeuta no puede dar información personal de sus pacientes?

— Pero yo nunca te he dado terapia.

— ¿Eres terapeuta? – pregunté.

— Así es.

— ¿No es muy pesado? – preguntó Han, a la vez que le indicaba a Yuri que se sentará en su regazo.

— Un poco, depende también de el área en la cual quieras especializarte.

— Cuando me dijiste que ibas a estudiar psicología no podía creerlo.

— ¿Por qué amor?

— Cuando nos conocimos Lyn era... Cómo decirlo...

— Un caso perdido.

— Aparte, – ambas rieron – es que lucias cómo la típica chica mala, ya sabes con tu cabello teñido, los chockers, los anillos, usabas colores oscuros...

— ¿En serio? – no me imaginaba a la chica frente a mí de esa manera.

— Si, en ese entonces tenía un estilo un tanto oscuro, literalmente.

— Recuerdo que todos te tenían miedo, nadie se atrevía a meterse contigo.

— ¿Dabas tanto miedo?

— Eso no es cierto. – Lucía algo apenada.

— Si es cierto, ¿O ya olvidaste como fue que nos conocimos?

— Si, – se hizo desatendida.

— ¿Quieres que te refresque la memoria?

— No creo que sea una historia que valga la pena recordar.

— Ok, ya me dio curiosidad, quiero escuchar esa historia – Ji Sung alentó a su chica.

— Yo también, – apoyé su idea.

— No es una anécdota muy larga, – Yuri acarició su cabello, – en aquel tiempo yo solía sufrir de mucho acosó por parte de otros compañeros, principalmente solían molestarme a la salida.

— ¿Tus padres nunca hicieron nada, algún profesor o un compañero? – Han la abrazó.

— Sus padres no lo sabían, – comentó Lyn – los maestros decían que no podían hacer nada  ya que todo ocurría fuera de territorio escolar, y los demás no querían terminar de la misma manera.

— Así es, – Yuri sonrió – o al menos así era hasta que llegaste.

— No merecías nada de eso. — Han estaba pensativo y abrazaba a Yuri de manera protectora.

— Ese día, – continúo Yuri – me llevaron hasta un callejón, y comenzaron a quitarme mi dinero e insultarme, nada fuera de lo normal. Hasta que los insultos pasaron a golpes, y todo hubiese seguido de no ser por cierta chica de cabellos rosado, – todos dirigimos nuestras miradas a Lyn.

— A quién tienes que agradecer es a Ryo y a Sean, no a mí.

— ¿Y esos quiénes son? – pregunté.

— Mi hermano y su amigo, – Lyn sonrió – ellos fueron los que se encargaron de los bullys, no yo

— Pero tú llegaste primero al lugar, e intentaste detenerlos – continúo Yuri – además, de no ser porque decidiste acompañarme a casa todos los días, ellos nunca se hubiesen detenido.

— Le tenían miedo a ellos.

— ¿Pues que clase de tipos son? – Ji Sung y yo estábamos confundidos.

— Mi hermano y Sean son miembros de la marina, y en ese tiempo ambos estaban en la academia militar – comenzó a relatar Lyn – ese día, Ryo y yo habíamos salido a comer y de casualidad nos topamos con Sean. De camino al lugar nos encontramos con ese grupito molestando a Yu, así que decidimos interferir.

— Después de eso Lyn y Ryo me acompañaban a casa todos los días – Nos quedamos en silencio unos segundos.

— ¿Por qué no habías interferido antes? – cuestionó Han – ¿Por qué hasta ese momento?

— Era inicio de curso, y yo acababa de ser transferida, – respondió – además de que éramos de diferentes grupos, por lo que no había visto nada de primera mano, solo había escuchado uno que otro comentario.

— Después de ese incidente comenzaron a decir que eras parte de una mafia o algo así – ambas rieron.

— ¿Mafia?

— A pesar de que estaban en una academia militar, mi hermano y sus amigos se vestían como pandilleros, además de que él siempre iba por mí, sumandole lo que pasó con los bullys y mi apariencia la gente comenzó a crear el rumor de que yo era hija de un tipo de la mafia, y no se qué tantas cosas más.

Yes... My Lady...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora