Si yo fuera tú

Condenados a repetir la historia

Capítulo 16. Condenados a repetir la historia.

—Mmm~ —gimió un pecoso mientras desvergonzadamente sentía el cuerpo de su novio frotarse contra él.

—Deku... —dijo el rubio con ansias, arrinconando a su novio contra la pared.

—Kac-Kacchan. —jadeó Izuku, al sentir como una mano de Katsuki lo sujetaba bruscamente de ambas muñecas y las elevaba por encima de su cabeza, mientras la otra mano del rubio se deslizaba por las caderas.

Katsuki sonrió con malicia al tenerlo totalmente acorralado. —De esta no te escapas. —dijo, dirigiendo su mirada a Izuku, pero entonces, notó que temerosas lagrimas rodaban por las mejillas de Izuku, y la imagen frente a él se volvió borrosa; y como bruma, todo a su alrededor se transformó, regresando varios años atrás, retornando a la secundaria.

—Kac-Kacchan... —escuchó a Izuku nuevamente, pero su voz ahora sonaba aterrada.

Nuevamente, Katsuki miró a Izuku, a un Izuku un poco más joven. Estaba acorralado y siendo sujetado bruscamente por su hombro.

—Me lastimas. —lloriqueó el pecoso, refiriéndose a dicho hombro.

—Eso es Bakugo. —escuchó las voces de sus antiguos compinches de bullying.

—Asqueroso Deku. —escuchó a otro, mientras vaciaban la mochila de Izuku.

—¡Anormal! —gritó otro, pateando una de sus libretas, la cual rodó a los pies del rubio.

—¡Golpéalo! —corearon todos, animándolo. —¡Golpéalo! —las voces se mezclaron en un insoportable eco y...

Katsuki despertó súbitamente, sentándose en su cama mientras intentaba calmar su agitada respiración. ¿Qué demonios fue eso? ¿Una pesadilla?

No, el final de aquello era parte de un recuerdo.

—Mierda... —murmuro frustrado, apretando sus dientes. Odiándose en la oscuridad.

—¡Kacchan! —la voz animada del verdadero Izuku lo sobresaltó. El pecoso lo llamaba mientras atravesaba la casa del árbol y llegaba hacia su ventana.

Katsuki se recompuso como pudo y abrió su cortina. —Así que, lograste levantar tu perezoso trasero tan temprano.

Izuku sonrió radiante. —Hoy se exhibe mi pintura, ¿acaso lo olvidaste? —hizo un puchero.

Katsuki negó. —Llevas parloteando de eso por días. ¿Estás listo?

—¡Si!

—No lo parece... —sonrió divertido, mirando el pijama con el rostro de All Might caricaturizado a modo de estampa. —Que sexy. —se burló.

Izuku se sonrojó intensamente, y dio media vuelta. —T-te veré en la parada de autobús. —dijo mientras huía.

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—Kacchan, deja de mirarme —pidió un avergonzado Izuku, al sentir los ojos escarlatas de su novio encima y de forma muy intensa—, se supone que la pintura de All Might está frente a ti.

—Es un museo, nerd. —respondió altanero. —Cada quien admira el arte que jodidamente quiere.

—No se si sentirme ofendido porque no miras mi pintura, o sentirme halagado de que prefieras mirarme a mí.

—¿Qué te parece si te hago sentir otra cosa? —murmuró a la oreja del pecoso. Izuku lo miró con una mezcla de sorpresa y bochorno, y Katsuki soltó una ronca risa. —¿En qué pensaste, nerd?