Capítulo 28

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TaeMin caminaba mirando el suelo, mientras pateaba una que otra piedra en su camino.

¿Por qué sufría así por amor? Sabía que JiMin nunca le amo y solo lo veía como un amigo, pero TaeMin desde la primera vez que lo vio cayó profundamente enamorado de él y se sorprendió de sobremanera cuando el mayor se confesó, aunque también lloró como un niño cuando se enteró que todo era por una apuesta. Por esa razón había fingido estar con MinHo, para tratar de que el mayor tuviera una mínima de celos, aunque nada funcionó.

Se sintió como la mierda cuando vio la mirada de JungKook, estaba tan molesto e irritado esa mañana y se había desquitado con alguien que no tenía nada que ver, era un idiota, un completo idiota. Claro que todo lo que dijo era mentira, debía disculparse con él.

TaeTae había conversado con él, y le había dicho que era un pendejo por haberse comportado así la primera vez que vio a JiMin por tanto tiempo, y sí que tenía razón.

Suspiró, arreglando sus anaranjados cabellos. Sin embargo, estaba tan distraído en sus pensamientos que chocó contra alguien, causando que se cayera.

─L-lo siento...

Levantó la mirada y casi se desmaya, su pálida piel fue lo primero que le llamó la atención y lo segundo su cabello color menta, con unos ojos felinos que le miraban atentamente, una adorable nariz y esas perforaciones en las orejas.

─¿Estás bien?─. ¡Hasta su voz era hermosa! No era muy grave y tenía un tono dulce.

TaeMin se sonrojó con fuerza al caer en cuenta que llevaba un rato mirándole sin decir nada, por lo que se incorporó con rapidez.

─¡S-sí! Gracias─. Se acomodo la ropa con torpeza.

El más alto, solo por unos centímetros, se le quedó mirando para asegurarse de que no se haya lastimado.

─Bien, ten más cuidado. Adiós─. Y se despidió con la mano izquierda, mientras con la otra rebotaba un balón.

─Sí...─. Murmuró el peli-naranja, admirando la espalda del extraño, leyendo las palabras escritas.

¡Era Lee JinKi! ¡El capitán de básquetbol de su escuela! Además de compañero de JiMin, oh dios. De verdad que los rumores de que JinKi era jodidamente perfecto no eran falsos.

Un poco aturdido, continuó caminando hacía su casa.










¡jiminie! › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora