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6 de agosto de 1995


Timothy


Sé que no nos hablamos, pero te extraño. Ya me hicieron la marca tenebrosa en mi cumpleaños... y tengo miedo. No sé con quién hablar del tema.

Siento que estamos metiéndonos en un pozo que cada vez se hace más profundo, y no es lo correcto. Tengo miedo por mí, por ti, por Draco, por Matilda. ¿No crees que todo esto haya llegado demasiado lejos? Tener que aceptar ser algo que uno no quiere, solo por convicciones de otros, por estatus de sangre, por ser parte de una misma familia.

Yo... no lo sé. No quiero ser una Malfoy, si serlo implica tener esto en el brazo y estar del lado de Voldemort. No es el bando correcto, no somos los buenos de la historia.

Tengo miedo Tim y no sé qué puedo hacer al respecto. No sé cómo salir de esta.

Por favor respóndeme, quiero que seamos amigos, quiero hablar contigo. Quiero pasar por esto acompañada de alguien que sufre lo mismo que yo.

Cariños,

Deneb.


Se secó una lágrima que escapó por una de sus mejillas. La joven rompió la carta con furia. No podía creer que su propio amigo no solo no le había contestado su mensaje de auxilio y terror, sino que le había devuelto la carta sin más.

No podía entender cómo alguien que la hacía sentir tan bien y tan feliz como Fred Weasley, era el causante de que su mejor amigo ya no lo fuera más.


1 de septiembre de 1995


— Que desgracia eres Deneb —fue lo último que escuchó decirle a su padre antes de subir al expreso de Hogwarts. Se le hizo un nudo en la garganta. Draco la miró con desprecio y, segundos después, lo perdió de vista yéndose junto a Crabbe y Goyle.

Deneb no había sido elegida premio anual. Sabía que su compañero de hufflepuff Cedric Diggory sí lo era, luego de "revivir" habiendo sufrido una maldición en la final del torneo de los tres magos, y suponía que alguna de sus compañeras de otra casa sería la elegida esta vez.

Se sintió aliviada de no tener semejante responsabilidad en su último año de escuela, pero a sus padres no les pareció lo mismo. Mucho menos Lucius Malfoy aprobó que se cortase el pelo casi a la altura de sus hombros aquella misma mañana antes de ir a King's Cross.

Le pareció poco femenino y lo consideró un acto de rebeldía tal que, cuando su madre trató de apaciguarlo diciéndole que igual se veía linda, le lanzó un hechizo para hacer crecer de nuevo su cabello. Pero lo que su padre no sabía era que su hija era, no solo más inteligente, sino que casi una experta en el arte de las transformaciones.

Por lo cual, su cabello solo se acortó más y más, cada vez que Lucius Malfoy trataba de alargárselo.

Y eso era porque Lucius Malfoy no sabía ni la mitad de las cosas sobre su hija.


Deneb caminó sola por los vagones del tren, con lentitud. No tenía prisas. Ni con encontrar lugar donde sentarse, ni con la vida. Su nuevo lema era esperar.

Esperar por un milagro.

Vio a un pelirrojo abrir la puerta de un compartimiento y salir fuera hacia el pasillo, con unas monedas en la mano. Deneb supuso que Fred Weasley buscaría a la señora de las golosinas para comprar algo.

⋆✦ Deneb ✦⋆ (Fred Weasley) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora