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Después de irnos a descansar, las personas no licántropas se encargaron de preparar la cena para nosotros.

Papá y el resto de las parejas de mis tíos prepararon la gran barbacoa que tomamos ese día para cenar. El ambiente familiar era increíblemente positivo después de la carrera. Todos reíamos, charlábamos... incluso Leyre, había dejado su actitud de mantis religiosa y se mostraba más relajada.

-¿Sabes? Es raro verla así. Me alegra mucho que mi hija por fin se integre más en la familia. A veces parecía que acudía a las reuniones y a las celebraciones por compromiso y no por pertenecer a la manada...

Quien dijo eso era la tía Sophie, la mujer del tío Lucas. Ella, al igual que mis primos, tenia el pelo rojo y los ojos grises y era increíblemente alta y esbelta, Justo como Leyre.

-Es todo gracias a ti, Sam. No solo le has devuelto la unión a tu familia con tu madurez, también has traído alegría. Una alegria que hace años que no sentimos. Desde que tus padres...

-Lo sé- la interrumpí- puedo entender lo duro que fue para todos vosotros; no soy capaz de imaginar el dolor que sentiría si perdiera a Gideon... Yo tampoco comparto la decisión que tomó mi madre... bueno, Grace, me refiero, pero se que lo hizo con la mejor de sus intenciones para mi.

-Lo sabemos, querida. Sé que yo no soy una licantropa, y quizá no tenga que decirte esto, pero todos estamos muy orgullosos de ti... si tu abuelo te viera...

-Oh, tranquila, tía Sophie. El abuelo me ha visto.

-¿qué?

-No se si volverá a hacerlo, pero hasta ahora, he sido capaz de verle durante mis cumpleaños. Yo ya sabía de nuestra naturaleza y de lo de mis padres antes de que me lo contara mamá. El abuelo se encargó de ello. Ahora que ya ha cumplido su propósito, no se si volveré a verlo...

-Oh, querida, no puedo creerlo. Dime que no es una broma.

-Es cierto, de hecho, acabé hace poco un retrato que hice de él. Mamá dice que es exactamente igual que el, lo cual es imposible que hubiera hecho en base a una foto porque...

-porque tu abuelo no salía en las fotografías... ¿quién lo sabe?

-Mis padres y la abuela, ¿por? Oye, pensaba que al abuelo simplemente no le gustaban las cámaras, ¿cómo que no salía? ¿A qué te...?

-¿ellas no te han dicho nada?

-¿nada de qué?

-es increíble... no te preocupes Sam, tarde o temprano lo descubrirás. Ya verás lo bien que estás en la Academia.

La tía se alejó a hablar con él tío James, y me miraron durante un segundo, pero luego fueron a buscar a mi madre y salieron al jardín.

Intenté dirigir mi oído allí a donde estaban, pero estaba claro que sabían que haría eso.

-Grace, por favor, cierra la puerta y habla en voz baja. No queremos que nadie nos oiga...

Mierda.

¿De qué iba todo eso?

Una hora y media después, seguían en el patio hablando y a mí ya no me quedaban uñas que morderme.

Mis primos iban y venían, hablábamos y reíamos, pero la mayor parte de mi atención estaba en el jardín con mi madre y mis tíos. Tenía un muy mal presentimiento sobre lo que estarían hablando, y solo esperaba que cuando acabaran su charla me dieran algún tipo de explicación.

Un nudo en el estómago tiró de mis pensamientos y me trajo de vuelta al gran salón de mi casa. ¿Hacía más frío? El aire empezó a cargarse y mi visión a ser algo borrosa. Me dirigí a la cocina y bebí un largo trago de agua. No entendía que estaba pasando, pero la sensación era muy extraña.

Academia de licántropos.Where stories live. Discover now