5. Boda

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—Hola, soy Guillermo y— Un cuerpo impactó contra el de Memo antes de que pudiera terminar el trend de TikTok, provocando que tuviera que hacer todo el esfuerzo del mundo para no caerse al suelo con todo e invitado especial.

— ¡Paco Memo! — Gritó Javier, mientras lo sacudía de lado a lado en un ritmo acorde a su alcoholizado ser hasta que notó la cámara que hace unos momentos grababa al rizado y cargaba uno de los ayudantes de su Wedding Planner y comprendió el contexto inmediatamente —¡Yo soy Javier y este es mi... ¿Quinto, sexto, séptimooo? ¿Trago?

Guillermo soltó una carcajada, para luego liberarse del asfixiante abrazo de su padrino de bodas.

Javier corrió inmediatamente hacia otra dirección, casi cayéndose de cara contra la costosa baldosa del salón, dejando a Memo de nuevo solo con su camarógrafo.

El arquero Mexicano tuvo el impulso de seguirlo para asegurarse que no se estrellara contra alguna decoración de cristal, pero pudo observar cómo llegó sano y salvo a los brazos de Kun. Teniendo la certeza de que Javier no iba a matarse el día más feliz de su vida, se volvió a girar hacia su camarógrafo con una sonrisa.

—Jaja... Bueno, yo soy Guillermo, uno de los novios y este es mi primer trago— Pudo terminar la frase antes de tomarse de una sola vez el contenido de su vasito tequilero, para luego ser abordado de nuevo por su selección y compañeros del Club América.

— ¡Pero Guille, te lo juro! — Lionel estaba completamente ebrio, tanto que ni siquiera podía mantenerse de pie

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— ¡Pero Guille, te lo juro! — Lionel estaba completamente ebrio, tanto que ni siquiera podía mantenerse de pie. Andrés lo llevaba cargado en su espalda, riendo de todas las tonterías que estaba soltando el argentino — ¡Sos lo más hermoso de tooodo México!—

—Yo creo que tú eres lo más lindo de todo Argentina— Guillermo, que también estaba muy ebrio pero no en tan mal estado como su -ahora- esposo, se recargó en su Capitán de Selección para darle un beso en la frente a Lionel, haciendo que Guardado se desequilibrara un poco.

—Ora pues Paco Memo, no soy su burro de carga— Se quejó un divertido Andrés. Si, había perdido el piedra, papel o tijeras para ver quien llevaba a Messi al carro y se aseguraba que ambos hombres llegaran con bien a su departamento, pero no estaba molesto y, siendo honesto consigo mismo, lo habría terminado haciendo de todas formas aún si ganaba al juego de manos.

Cuando por fin llegaron a la camioneta del jugador Mexicano, Memo aún conservaba una decente habilidad motriz como para abrir las puertas para él. Guardado lo echó como un costal de papas en el asiento trasero, pudiendo suspirar por fin al lograr enderezarse.
El argentino solo se reía en su inconciencia, tal vez ni siquiera había notado que ya ni estaban en el salón de bodas.

—No mames Paco Memo, no lleva ni 6 horas casado contigo y ya casi lo matas de un coma etílico— Musitó Guardado, recibiendo solo un gruñido de su receptor, quien trataba de peinarse sus rizos rebeldes. Andrés sonrió de forma malvada, pensando en su siguiente comentario —No te va a poder coger, Paquito.

— ¡Andrés! — Gritó indignado el muy ebrio Guillermo, casi resbalándose por el costado de la camioneta por haberse movido tan rápido para golpear ligeramente el hombro de su capitán.

—En fin, no puedo creer que se haya puesto así con solo 5 cubas jajajaja, tú te tomaste como 4 botellas de Tequila y Ron y aún me podrías decir el abecedario al revés— Memo se recargó en la puerta del copiloto, mirando a Messi dormitar. Estaba muy ebrio y podía asegurar que mañana tendría una cruda de los mil demonios, pero no cambiaría esa noche por nada.

—Gracias, Andrés— Murmuró Guillermo, sabía que no era responsabilidad de su amigo cuidarlos hasta este punto y el alcohol comenzaba a ponerlo sentimental.

—Ya, ya, sin lágrimas Memo— El centrocampista golpeó suavemente la espalda de Guillermo, para luego soltar un sonido extraño de recuerdo y sacó su teléfono inmediatamente, extrañando al portero del CA — Dale Memo, cuantos tragos llevas— Guillermo soltó una carcajada antes de seguirle el juego a Guardado.

— Hola, soy Memo y llevo como 4 botellas— Guardado se rio junto a su guardameta para luego dirigir la cámara al rostro durmiente de Messi —Y él es Lionel y quedó inconsciente con 5 cubas— Ambos jugadores se soltaron a reír antes de volver a recargarse en el vehículo.

Andrés revisó en su celular su tabla de contactos, buscando a Javier y a Rafa para reenviarles el video, así lo hizo y guardo su teléfono antes de subir a Guillermo al asiento del copiloto y arrancar rumbo al departamento.

Olvidado en su bolsillo, su teléfono comenzó a sonar como loco, recibiendo mensajes de un montón de personas que le preguntaban _¿Por qué había subido una historia de Instagram con Memo Ochoa y Lionel Messi ebrios?_

Situaciones tercermundistas para un argentinoWhere stories live. Discover now