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>>Y si fueras una canción,
metería la radio en un tobo de agua<<

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Luka es ideal para mantener una conversación, seguro que en otra vida fue político o algo, tiene el don de hablarme de una puta nube y yo quedarme embobada como si me explicará una nueva teoría del origen de la vida.

Lastima que el trayecto resulta ridículamente corto.

Raios.

Se estaciona frente a uno de los restaurantes más elegantes de toda la ciudad, desde acá en el frente se respira el olor a billete, y de los altos.

Ese olor a billetito nuevo que los pobres casi no conocemos, bueno de eso es lo que se respira.

Yo casi quiero quitarme las balerinas e irme corriendo como una loca para evitar entrar allí luciendo como pobretona.

-Espero que te agrade el lugar.

El sonríe y apaga el auto, yo me muevo en el asiento un poco incómoda.

-Si hubiese sabido que me traerías a un lugar así, me arreglo mejor- sonrío para bajar un poco la pesadez del ambiente.

No me siento especialmente cómoda llendo a un lugar así.

-Podria decirte lo hermosa que estás, pero sería un poco patético así que mejor te digo que tampoco te preocupes tanto, mírame a mí- hace un ademán con las manos de señalarse.

Ambos reímos, yo con algo de incomodidad y él, bueno no sabría decir que clase de risa es esa, pero no es natural.

La verdad es que el va peor que yo, con unos jeans desgastados y una simple franela azul.

Con estas pintas suerte si no nos corren.

-No te preocupes, si alguien nos mira mal les lanzare un zapato, y tengo muy buena puntería- bromeó un poco.

-Recuerdame no meterme contigo nunca.

Bajamos del auto entre risas y chistes malos.

Cuando digo chistes malos, quiero decir ¡MUY MALOS!.

Yo me rio más por los nervios que otra cosa pero ajá.

Entramos y me pongo lenteja, osea lenta y pendeja con tanto lujo que hay acá.

Contrario a todo lo que creí el lugar no está lleno de gente pomposa, debe ser por la hora ya que la mayoría de las personas están (elegantemente) casuales.

Luka saluda a la recepcionista y entabla una pequeña conversación preguntándole por yo no sé quién coño.

Él anda por la vida con un aire arrogante, y no de esos que se creen superior a todo mundo, sino de esos que con una mirada te gritan soy mejor que tú pero no importa hablame con confianza.

La muchacha dirige la mirada a mi que estoy un par de pasos atras, osea mija jelou, que se ubique. Levanto las cejas y ella regresa la vista a Luka.

Él se despide de la recepcionista y me hace una seña para que camine.

-¿Amiga tuya?.

-De cierta forma si, este sitio es de mi tío, pero lo maneja mi primo así que pasó mucho tiempo aquí.

Coloca una mano en mi espalda y cruzamos la estancia.

Las pocas personas que hay no disimulan al mirarnos. Cosa que al ser gente supuestamente educada esperé que hicieran, pero nop, fíjense los pispirinais no disimulan, se creen muy superiores para tener esa cortesía con los plebeyos.

Enkhantto Where stories live. Discover now