El chico del antifaz. - Jason Todd.

04 | T e n s i o n

Arianne se encontraba retocando su maquillaje en el salón, ese día iba a salir con Rachel. Pero todo se torció. Hank y Dick llegaron peleando al salón, a Ari no le extrañaba. Desde que llegó notó que ellos tenían algunas diferencias que debían resolver. La discusión acabó cuando Down y Hank salieron con sus maletas por la puerta. Se iban. Tampoco fue algo que importase mucho a la azabache, pues mo había hecho amistad con ninguno de los dos, aunque a Down le había cogido algo de afecto y tal vez la extrañaría más.
Donna acabó también por irse, al igual que Kory, pues tenían asuntos que resolver. Dick por el contrario decidió quedarse con nosotros para entrenarnos y convertirnos en futuros titanes. O quizás, no tan futuros.

-A la mierda la salida de chicas. -Dijo la chica de orbes marrones.

-No importa Arianne, iremos otro día. -respondió la peli azul.

Para este punto, solo quedaban ellas en aquel gran salón.

-¿Sabes algo de Gar? -Arianne negó.

-¿Y tú de Jason? -Esta vez fue Rachel quien negó.

Pasaron el resto de la mañana hablando de ellas mismas. De el pasado de cada una. De sus familias. Arianne se había atrevida a revelarle a Rachel su verdad, algo que todavía no le había contado a nadie, ni si quiera a Dick. Pero este no le había preguntado así que técnicamente no estaba mintiéndole. No era algo de lo que le apasionase hablar, pero ya que Rachel lo hizo, ella pensó que lo justo sería hacer lo mismo.
A la hora de comer, se reunieron con Garfield y Jason. Curiosamente, parecían un grupo de amigos normal y corriente, riendo y hablando de tonterías.
Después de comer, Dick se reunió con ellos, les dijo que en este tiempo que estaban solo ellos iban a entrenar y a ser constantes, no sabían cuando los ciudadanos iban a necesitarlos y debían estar preparados para todo.
Aún así, Grayson prometió sacarlos a patrullar por las noches, el más ilusionado era Jason, ya que era lo que solía hacer en Gotham y lo echaba de menos. Por otra parte, Ari también tenía ganas de patear a malos, quería sentirse como una verdadera heroína como sus amigos.

Serían más o menos las cinco, Arianne estaba con Jason en la sala de entrenamiento. Estaban practicando un estilo de lucha que Jason quería mostrarle a Ari. Ya llevaban horas, así que le salía a la perfección. Jason estaba contento, al fin y al cabo también era una victoria para él al ser su maestro en eso.
Se sentía como Bruce cuando lo enseñó a él al ser un novato. Ahora no era un experto, pero se defendía bien y era un chico promesa. Era inteligente y muy valiente.

-Todo por hoy. -Habló el mayor de los dos, aunque solo por un año.

-¿No puedes más Todd? -Jason soltó una risa y se giró para mirarla.

El castaño se acercó lentamente pero decidido hacia ella, Arianne retrocedió hasta chocar con la pared. Jason colocó una mano en esta misma apoyándose. Les encantaba jugar a eso, a provocarse el uno al otro, y siempre lo conseguían. Estaban jugando con fuego, y todo el mundo sabe que quien juega con fuego se quema.

Estaban tan cerca, que podían rozar sus narices y sus respiraciones se mezclaban. Jason decidió cortar esa distancia uniendo sus labios en lo que fue un beso con pasión. Él mordió levemente el labio de la azabache, luego bajo a su cuello dejando algunos besos húmedos. Arianne ahogó algún que otro gemido, y los disimulaba en jadeos. Se sentía tan jodidamente bien. Nunca habían tenido un beso así ninguno de los dos.
Ninguno de los dos quería cortar el beso, pudieron pasar minutos hasta que pararon por falta de respiración. Una risita nerviosa escapó de la boca de Arianne cuando se encontró con los ojos verdes de Jason mirándola atentamente, y mirando esos labios suyos que acababa de besar.
El silencio que se formó no fue incómodo, más no necesitaban decir nada. Aunque no sabían bien lo que sentían, ambos jóvenes tenían en común un sentimiento. Atracción. Y tal ve eso se convertiría en algo más.

-¿Me estás diciendo que has besado a Jason? ¿Hablamos de Jason Todd el irritable?

Arianne reía con la reacción de Rachel al contarle lo que el castaño y ella habían estado haciendo en su último entrenamiento. Las dos jóvenes se encontraban en la azotea, viendo las vistas a la gran ciudad y hablando sobre sus cosas de adolescentes.

-Conmigo no es tan así, Rachel. -Suspiró.- Solo tienes que conocerlo para saber que eso es una coraza.

Rachel se encogió de hombros.

-La verdad es que hacéis buena pareja.

-No te rayes tía, solo ha sido un beso. -Rió.- Ahora hablaremos de ti y el peli verde.

Rachel se puso colorada como un tomate, estaba claro que ambos sentían algo por el otro.

-Gar y yo solo somos amigos.

-Si claro, amigos. -Arianne hizo énfasis en la última palabra.

-Es verdad, aunque me gusta, no sé si soy lo mejor para él.

-Yo creo que estáis hechos el uno para el otro. Sois almas gemelas.

-¿Tú crees? -Un atisbo de esperanza se pudo ver en los ojos de la peli morada.

-Estoy segura Rach.

Las dos amigas se abrazaron mientras veían como el sol se ponía a lo lejos entre los edificios de San Francisco y llegaba la noche.