Capítulo 19

636 118 3
                                    

Zhan no era feliz desde que vivía con Wangji, si bien el hombre le mimaba, le decía cosas bonitas y le compraba todo lo que necesitaba, solo quería que Yibo fuese el hombre que hiciera eso.

Las náuseas en si habían estado incrementando desde aquel día, y pensó que había engordado ya que un poco de tripa se podía notar en su figura. ¿Acaso...? No, eso no era posible...¿Verdad?

- ¡Zhaaan! - Wangji apareció por la puerta de la gran habitación de su nuevo híbrido y sonrió cuando lo vio mirándose en un espejo. - ¿Que haces pequeño? ¿Admirando lo hermoso que eres?

El híbrido se sonrojó pero mentalmente quiso que Yibo le dijese eso junto a un beso. Así que para ocultar su sonrojo corrió hacia su cama y se cubrió bien con las mantas, esperando a que Wangji le contase un cuento, tal y como llevaba haciéndolo una semana.

- ¿Que quieres que te lea hoy? - Preguntó el chico mientras caminaba hacia la estantería llena de libros infantiles.

- ¡Una de terror! - Gritó, entusiasmado.

Wangji se volteó con el ceño fruncido. - ¿Estás seguro? No quiero que tengas pesadillas...

El pequeño híbrido bajó sus dos orejitas blancas e hizo puchero, así que el mayor rió y acabó aceptando.

- Está bien pequeño, pero será una historia muy muy corta.

- ¡Estoy listo Gege! - Zhan levantó sus orejitas y se acomodó más en sus sábanas, abrazando a Zanahorita.

- Bien... - Wangji pasó la mirada por la habitación y fue cuando se le ocurrió una. - Todas las noches a las 3 de la mañana mi casa empieza a oler a azufre y me despierto. Podría volver a dormirme si esa sombra del rincón dejara de mirarme.

El de cabellos largos empezó a reír cuando vio la cara asustada de Zhan.

- ¿Te dio miedo?

El híbrido negó con su cabeza muchas veces y se convirtió en conejito para esconderse debajo de las sábanas. Quizás solo un poco...

- Que lindo lugar de trabajo, Yibo. - Wen Han miró alrededor mientras estaba sentado en una mesa y su amigo le había llevado las bebidas que el mayor y Ji Yang y Hao Xuan habían pedido.

- Si, y pagan bien así que...Supongo que tendré que dejarlo en un tiempo, no tengo gastos desde...que Zhan se fue. - Con algo de tristeza, colocó el vino en sus respectivas copas, ignorando las miradas de Ji Yang y Hao Xuan.

- Supongo que estarás feliz. - Wen Han levantó su copa y tomó un poco de la bebida roja, saboreandola en su paladar.

Yibo prefirió no contestar y suspiró. - Si necesitáis algo más me avisan, seré vuestro camarero.

Cuando el pelinegro se fue, Ji Yang miró a su amigo coreano. - Gege, ¿No te has dado cuenta?

- ¿Yo? Sí lo hice, el cabello de Yibo esta lindo de color negro.

Ji Yang se golpeó mentalmente y ahora Hao Xuan decidió hablar. - Gege, Yibo...

El peliblanco se calló cuando su pareja le dio un codazo, no podían intervenir como si nada y esperar a ver que pasaba, tenía que descubrirlo por si mismo.

El apartamento de Yibo, ahora sin Zhan, se sentía muy solitario. No escuchaba las risas del híbrido ni sus quejas cuando quería dulces pero Yibo no se los daba. Cuando llegaba el frío y la soledad le recibían, ahora que lo pensaba, era agobiante vivir solo. Porque siempre tenía el constante recuerdo del híbrido en su mente.

Cuando Huai Sang se enteró de que su mejor amigo ya no estaba al cargo de Yibo, prácticamente se puso a llorar, alegando que los dos eran muy lindos juntos.

Un conejito en casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora