Capítulo 45 - Karma.

16 4 1
                                    


Margot!


Mi corazón duele un poco al ver como las manos de Neil tiemblan y su rostro es pálido. Ambos nos encontramos bajo las gradas y tenemos suerte que debido al frio nadie quiera estar por este lado del campus, Makayla camina de un lado a otro, Daniela no deja de maldecir una y otra vez y Julia, bueno ella esta haciendo un oración en japonés o esta lanzando profanidades, ya ni se.

–Se ha vuelto osado con el pasar del tiempo ¿No? –dice Maky. –Porque mira que ahora enviar mensajes desde un numero restringido, vaya, que nivel.

–Makayla, cálmate –digo, y miro a Neil. –Por favor Neil respira profundo, parece que te va a dar algo.

– ¿Y cómo no? Margot, pueden decir lo de Neil en cuestión de tiempo –comenta Makayla.

–Estoy cansada de esto –dice Daniela y me mira. – ¿Es que acaso no tendremos un buen fin de año tranquilos? ¿Qué ocurre con esa persona? ¿Qué rencor nos tiene a todos?

–Esto tiene que parar –comenta Julia. –Ya basta de que quiera torturarnos con sus cosas, entrometiéndose en nuestra vida.

–Neil, por favor prométeme que estarás tranquilo aunque sientas que muchas cosas pueden ocurrir –comento. –Buscaremos la manera de no se, rastrear el numero, ¿Cómo? Ni idea, pero algo haremos, ¿Si?

–Ok, está bien –entrego su móvil y luego tomo sus manos. –Por favor, si algo ocurre, no me dejen solo... –todas le miran. –Ustedes son mis únicas amigas en las que mas confió y les pido que no me dejen solo.

–No lo haremos –se acercan todas. –Tú eres parte de nuestro grupo, jamás te dejaremos solo.

Y terminamos dándonos un abrazo grupal. Cada uno toma su camino, ya debo ir a la clase de teatro y el resto a las suyas. En el camino pienso una que otra cosa y al detenerme en medio del pasillo suspiro, porque no es justo que esto continúe y ahora siendo más personal, no ventilándolo, no, ahora está siendo más directo con cada uno y quien sabe a quién más le enviara mensajes privados.

Decido continuar el trayecto, con la mirada perdida y entonces un fuerte choque en mi hombro me tambalea, no caigo al suelo, pero a la persona que choco conmigo si se le cae el móvil y con prisa se agacha para tomarlo y al incorporarse nos miramos. Es Lienna, su rostro está muy pálido y si pudiera detallarla más, podría decir que incluso hay algunas gotas de sudor en su frente.

– ¿Te encuentras bien? –le pregunto, ella me mira fijo. – ¿Qué? Estoy siendo una buena persona, solo me preocupa tu aspecto.

–Yo...

–Mira Lienna... –suspiro, me cruzo de brazos. –Sé que han sido unos meses intensos y de muchas cosas, que hemos tenido problemas incluso, pero soy una buena persona, me preocupan las personas, ¿Ok?

–No me caes bien.

–Tu a mí tampoco, y sin embargo veo que soy la única que se preocupa por tu aspecto, porque ni siquiera tus amigas están a tu alrededor.

–Bueno, yo...

–Sabes que Lienna, mejor no pierdo mi tiempo contigo, debo ir al club de teatro, feliz día... –intento pasar a su lado y tomándome del antebrazo me detiene, le miro. – ¿Qué?

–Es cierto, ¿Josiah se marchó de Hood River? –me suelta, le miro fijo, asiento.

–Sí, es cierto, se ha marchado con su papá.

–Fui una desconsiderada –dice, pero el tono con que lo dice me deja saber que de verdad lamenta muchas cosas. –Debí ir a verle, disculparme con él y no actuar como una perra estúpida.

Conexiones.☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora