Los dragones siempre estuvo a servicio de la corona por siglo, hasta a que las Hadas los asesinaron a todos.
O eso creyeron
Hasta que un día la presencia de un chico de color morado, los hace temblar como la como nunca antes.
-¿Crees que es buena idea darles tanto poder a esas brujas?- pregunto Mark mientras paseaba junto con Alya
- Las Trix odian a las hadas, y nosotros odiamos a las hadas. El enemigo de mi enemigo es mi aliado.-
-Debemos de tener cuidado, las brujas son fáciles de enojar. -
-Pero cuando tienen un enemigo, y eso es más que suficiente para tenerlas de nuestro lado. No te preocupes confía en mi – le dijo Alya tocándole la mejilla cuidadosamente
Las Trix, junto con Senshi y Layla paseaban libremente por la ciudad de Ba Sing Se, disfrutando la belleza de la ciudad, y comprando una que otra cosa en tienda en tienda.
-Hay que admitirlo, es divertido –dijo Darcy mientras cargaba con una gran bolsa de mandado.
-Tiene bonita manera de artesanía -dijo Icy mientras observaba un jarrón de un puesto.
-A los maestros tierra les gusta el arte de la arcilla, pero deberían ver el arte de las telas de los dominadores de la planta, son más elegantes.- dijo Lym
Es la más grande capital de las cuatro naciones, significa "La Ciudad Impenetrable", debido a los famosos muros que tiene en la periferia y a las puertas que solamente pueden ser abiertas usando Tierra Control. En las partes exteriores pero cercanas a los muros existen extensos campos, el Lago Laogai y numerosas montañas. Sin mencionar sus feroces agentes Dai Li
Ba Sing Se
La ciudad de las injusticia, dividida en dos. Entre ricos y pobres, norte y sur. El lado sur, era el lado de los ricos, poderosos. El norte era el lado para los pobres y débiles.
Keika caminaba silenciosamente con ropa civil, entre la ciudad de Ba Sing Se, y mientras caminaba se dio cuenta que varias personas lo estaban vigilando. Trato de seguir con su camino, pero cada vez sentía que estaban más cerca.
Cuando doblo la esquina sus perseguidores se sorprendieron al ver que Keika no estaba en el callejón, justo cuando se dieron la media vuelta para seguir por el otro camino. Keika los atrapo en capullos de tierra, cubriéndolos completamente a ambos.
- ¿Por qué me siguen? -pregunto Keika, al ver que ninguno de ellos contestaba estrecho los capuchos causándoles dolor.
- Sabes que nunca hablaremos 256567, has lo que tengas hacer -
-Que así sea –dijo Keika serrando los capullos poco a poco, sin embargo, fue interrumpido por alguien detrás de él.
-Alto –la voz de Riven lo detuvo –si, los matas no tendrás información -
-Ellos no hablaran Maestro Riven,-
-Entonces llévatelos a las fosas ahí hablaran -
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¿Rebeldes?
Le pregunto Alya a Mark cuando escucho las noticias,
-Así es mi reina al parecer hay algunos que no la han aceptado como reina. -
-Esto es estúpido, yo soy la legitima heredera al trono de oro. -
-No se preocupe la mayoría de los ciudadanos creen que usted es la heredera al trono de oro y la verdadera reina. - Dijo Mark tratando de calmar a la pelirroja
-Entonces ¿Cuál es el problema? ¿Qué es lo que quieren?-
- A una reina –dijo Riven –El pueblo tomaba a la reina tierra como una bruja, no fue como una reina para ellos. -
- Kuei es su rey ahora. -
-Pero ellos, quieren una reina. Una reina que cuida de la gente, una reina que ayuda a la gente. -dijo Riven paseando por la habitación.
-Denle una reina al pueblo, el pueblo seguirá a la reina. -
-Sugieren que casemos a Kuei -
-Sugiero que el pueblo tenga una reina, usted o no. Si quiere que el pueblo la siga, sea una reina para ellos. -
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La gente del lado del norte estaba en un día normal, el trabajo era algo importante, sin embargo la pobreza también lo era. Y mientras los niños jugaban con lo poco que tenía. Pero debido al juego uno de los niños se lastimo la rodilla. Fue entonces que apareció Alya y acariciando la herida del niño de inmediato sano.
El niño iba decir algo, pero de inmediato Alya puso su dedo en sus labios señalando el silencio. Para seguir su camino, llego a un lugar lleno de gente enferma y herida, alrededor de una fuente de agua. Camino lentamente entre la gente, habían paralíticos, ciegos.
Primero se acercó a un hombre ciego, tocándole sus ojos haciendo que este por primera vez en 30 años pudiera ver. El hombre rápidamente empezó a llorar, agradeciéndole por devolverle la vista. Y uno por uno ayudo a los enfermos a sanarlos. hasta que llego con el más anciano de la zona.
El hombre estaba ciego, sin un brazo, estaba en la esquina. Alya se acercó lentamente a él y cuando estaba a punto de sanarlo, él se negó.
-No mi reina –dijo el anciano –La muerte, está cerca mi reina. Aunque usted me sane, no tengo a nadie en la tierra de los vivos. Quiero ir a la tierra de los muerto, si usted me lo permite. -
