Capítulo Cinco

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Julián tenía sus piernas sobre los hombros de su amigo, intentaba estirarse lo más posible pero no era suficiente, estaban intentando rescatar a un gatito bebé que se había subido a un árbol y no se podía bajar, hacía aproximadamente 20 minutos que estaban intentandolo.

Al ver que lo que hacían no estaba funcionando, a Enzo se le ocurrió otra idea. Fue a buscar la mochila de su amigo y también agarró todo lo que vio que tuviera algún tipo de ancho y la fuerza suficiente como para aguantar su peso, Julián solo miraba lo que el otro hacía con la cabeza mínimamente inclinada hacía la derecha. Apilo todo justo en el lugar en el que estaban antes, subió a su amigo a sus hombros de nuevo y como pudo se subió él mismo a la montaña improvisada que había hecho.

El plan salió bien ya que el castaño logro alcanzar al gatito, el problema fue que el felino al estar tan asustado, apenas el otro lo toco, se empezó a trepar por su brazo clavándole las uñas. El mayor no pudo evitar empezar a moverse bruscamente por el dolor, lo que provocó que él otro se empezará a tambalear y como el lugar no era muy estable, terminaran cayendo los tres.

Por suerte al caer el gato seguía bastante asustado así que no intento correr, solamente se quedó clavado, literalmente, al brazo del castaño.

Cuando el morocho se recuperó de la caída, ayudo al castaño a sacarse al gato de su brazo.

Enzo, al ver qué Julián tenía finos hilos de sangre cayandole por el brazo los llevo a ambos a su casa, tenía que curar a su amigo y también le querían dar de comer al pobre gatito que ya hasta se le notaban las costillas.

Al llegar a la casa lo primero que hizo fue buscar algodón, agua y un poco de alcohol, el castaño se quejo diciendo que era más importante darle de comer al gatito antes que preocuparse por su brazo pero el otro lo ignoró y dejando al animal sobre una alfombra, empezó a limpiarle la sangre con agua y después a pasarle el algodón con alcohol sobre las heridas, recibiendo bastantes quejidos por el ardor.

Enzo no entendía muy bien el como era que habían llegado a esa situación, solo sabía que era domingo así que no tenían entrenamiento, que recibió un mensaje de su amigo diciendo que estaba aburrido y que en 10 minutos le caía a la casa para merendar, a lo cual no tuvo más opción que aceptar.

Pero, Julián, mientras estaba de camino a su casa escucho un maullido arriba suyo y cuando volteo a ver encontró al pobre gatito intentando bajar sin éxito de un árbol. Al principio intento ayudarlo él solo pero como vio que no podía ya que el árbol era mucho más alto que él, decidió llamar a su amigo, total su casa estaba a dos cuadras así que no creyó que le fuera a molestar.

Volviendo a la actualidad, una vez que logró terminar de curar el brazo del castaño fueron a ver que darle de comer al animal, mientras el mayor buscaba por su celular cuáles comidas eran aptas para gatos bebés, el morocho se fijaba que tenía en la heladera.

Como no encontraron nada muy decente optaron por calentar un poquito de leche y remojar pan en ella, eso decía en google que serviría así que una vez que tuvieron el plato listo lo dejaron en el piso y esperaron a que el gatito agarre más confianza como para que intentará comer.

Mientras observaban al animal mientras olía la comida, el castaño hablo.

-Yo creo que deberíamos ponerle un nombre. Le veo cara de Nicolás, estoy seguro de que le va a gustar.

-¿Te lo planeas quedar? ¿Y como un gato tiene cara de Nicolás?

-Nos lo planeamos quedar obviamente, no lo podemos dejar en la calle de nuevo. Y los gatos que tienen cara de Nicolás son exactamente los que tienen la cara como el nuestro.

-En primer lugar eso no tiene sentido y segundo, ni siquiera sabes si es macho.

-Es verdad, fíjate.

Haciendo lo que el otro le dijo, Enzo agarro al animal que ya había comido un poco y se terminó acostando al lado del recipiente con la comida sobrante, haciandole un poco de mimos para que no despierte, se fijó y confirmo que era hembra.

-Entonces le vamos a llamar Nicki.

-Sos muy original para los nombres, sabías? - dijo mientras se acercaba al otro con el gato en brazos para que también pudiera acariciarlo.

-Obvio, Nicki Álvarez Fernández, me gusta.

-¿Por qué tu apellido va primero?

-Porque yo la encontré, obviamente, además Nicki Fernández Álvarez queda mal.

-Eso es injusto, yo te ayude a rescatarla y vos elegiste el nombre, me toca a mí elegir el orden de sus apellidos.

-No lo creo, además queda lindo así, por fis- dijo mientras se acercaba más a él y un pequeño puchero aparecía en sus labios.

El morocho se le quedó mirando por unos segundos intentando guardarse esa imagen por el resto de su vida para después terminar aceptando.

Al escucharlo el lo abrazo y le dio un beso en el cachete, seguido de una sonrisa.

El morocho no conforme con eso, lo tomo de la nuca y juntó sus labios en un beso lento y tranquilo, tampoco se podían juntar mucho ya que el gato seguía entre ellos.

-Nicki Álvarez Fernández, es nuestra nueva hija - dijo el morocho cuando se separaron, seguido de una sonrisa.

-Suena lindo- respondió el mayor volviendo a unir sus labios.

Antes de Perderte | Enzo x Julián  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora