Cerebro

CAPITULO 1

Comprensión;

Georgina;

Un globo terráqueo gira en la esquina del escritorio de padre mientras escucho uno de los tantos discos que tiene de colección.

Otra cosa que gira, el tocadiscos antiguo que se mantiene en perfecto estado para reproducir todas las piezas que atesora George.

Un globo terráqueo, el disco, el péndulo, todo a mi alrededor gira.

Incluso tú, yo, o cualquiera actualmente se encuentra girando por el movimiento de la tierra.

George y Lucia se acercan a observar el momento en el cual el globo deje de girar para así elegir su próximo destino, porque se eso se trata la vida de ellos, vivir en tantos lugares como les alcance la vida. No habría problema si la meta de vida de ambos sea conocerlos, pero no ellos buscan establecerse en un país para luego contar su experiencia de vida sobre los ciudadanos y la cultura.

Padre besa la frente de madre mirándome de reojo al momento que mi deparador de destino se detiene.

Ellos tienen esa porquería desde que se casaron a los 18 años, y es como su guía espiritual o las mierdas que inventa madre al respecto del destino, fortuna y todas sus mierdas. Esa mierda se detiene y un collar también, antiguo como la mierda, son los deparadores del próximo lugar.

—Mallorca, una vez más —exclama padre. Y sí, es la tercera vez que sale Mallorca, ellos volvieron a buscar un nuevo destino porque ya vivimos allí cuando tenía 11 años.

—Ese lugar me persigue —madre entorna los ojos, al igual que yo lo hago por su comentario.

—En realidad es imposible que un sitio te persiga.

Me observa con dureza, lo hace constantemente. Esas relaciones de madre e hija ideales aprendí a observarlas en madres de mis amistades, o en mi abuela paterna, pero ciertamente Lucia dista mucho de ser la madre amorosa de propagandas que suele grabar.

Lucía con sus 38 años sigue resentida conmigo por haber llegado antes que otros espermatozoides y mantenerla fuera de las cámaras por 12 meses que fue el tiempo que estuvo dedicada al embarazo y mi adaptación hasta que llegó una niñera capaz de encargarse de mí.

Fui un accidente en la vida de mi madre, en parte los somos casi todos, pero el hecho de que te lo estén recordando día sí día no, es hartante.

Madre estaba en lo alto de su carrera con 18 años, casada con padre y viviendo su vida soñada, cuando ¡ups! Dos rayas en un test de embarazo.

Padre por otro lado es igual de cerrado que ella, pero un día me dijo que estaba orgulloso de mi, fue un 23 de agosto del año pasado, fue mi momento favorito en la vida.

—Mallorca será, quizás estemos menos de lo que acostumbramos, pero no es casualidad que salga por 4ta vez consecutiva —informa padre—. Georgina lo mejor será que comiences a empacar, en 10 días partimos.

Asiento a su demanda encaminándome a las escaleras.

En mi habitación observo la pared en la cual se encuentra la pizarra con fotografías. Fotografías del paso de los años y cómo repercutió en mi cuerpo.

Una sola imagen es en la cual estoy acompañada, tenía 11 años y estoy abrazada a una niña rubia de ojos claros que tiene una margarita en su cabello.

Sujeto la fotografía viendo el dorso en el cual hay un mensaje escrito con letra infantil.

Nunca me olvides, tu mejor amiga del mundo mundial. Jael.