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Cuando la maestra Lee sugirió que debía empollar huevos para mi proyecto de ciencias no estaba muy emocionado... Hasta que vi mi primera señal de vida. 

Papá colocó un huevo sobre la luz y pudimos observar algo que estaba del otro lado del cascarón.

—Ese es el embrión—explicó al verme tan metido en lo que estaba observando. 

—Parece un frijol—respondí con una sonrisa. 

Esa noche pasamos un buen rato poniendo todos los huevos sobre la luz para observarlos. 

De pronto me pareció real, los huevos tenían vida dentro. Había un frijolito vivo dentro de cada uno de ellos. 

El día de la feria todos los huevos empollaron, ¿quién lo diría?

—Y el primer premio es para Park Jimin, por su maravilloso proyecto "Ha nacido un pollito".

Los aplausos no se hicieron esperar mientras la mujer ponía el lazo del primer lugar sobre la incubadora de mis pollitos. 

Me dio gusto ganar el primer lugar, pero sólo me importaban mis pollos. 

A mi mamá no le encantaba la idea de criarlos, pero yo le supliqué diciéndole que me encargaría de todo, y así fue. 

Un día les estaba dando de comer cuando noté que uno de ellos faltaba. Me levanté del piso y caminé hacia el gallinero.

—Oh, ahí estás. ¿Qué tienes, bonito? ¿No quieres comer? Ven.

Lo cargué en mis brazos y luego observé lo que había de donde lo había levantado. Sonreí emocionado.

—¡Oye, no eres bonito, eres bonita!... ¡Mamá!

Resultó que mis gallinas ponían más huevos de los que yo y mi familia podíamos comer, al principio nos esforzamos, pero, después de freír, revolver y hervir, los huevos aún nos invadían. 

Luego la oportunidad con la forma de nuestra vecina, la señora Jung, tocó. 

—Hola, pequeño—dijo asomándose por la cerca mientras yo recogía los huevos del gallinero—si alguna vez te sobran algunos, con mucho gusto te los compro. 

—¿En serio?

—Oh, claro que sí. Y sé que a la señora Oh le interesarían.

Sonreí.

—Gracias.

—Créeme, no hay nada como un huevo fresco. 

—Gracias, señora Jung.

—Un placer, querido, nos vemos.

Entre la señora Jung y la señora Oh, mi problema con los huevos se resolvió. Luego pensé que la señora Min también los merecía, pero no me parecía correcto cobrarle. 

Ella era una buena vecina, nos prestaba cosas que no teníamos y llevaba a mi mamá cuando nuestro auto no funcionaba. Era lo mínimo que podía hacer ahora yo por ella. 

Además, si me encontraba por ahí a YoonGi, no sería el fin del mundo.

Para la tercera vez que les llevé huevos a los Min, vi que YoonGi me estaba esperando. Él realmente quería abrir la puerta y decirme "Gracias, Jimin, nos vemos en la escuela". Y a yo cambio tenía unos momentos con los ojos más bellos del mundo. 

Era perfecto... Hasta que dejó de serlo.

Fue dos semanas después de que cortaron el sicomoro, empezaba a sentirme normal de nuevo. 

Amor invertido | yoonmin | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora