𝐂𝐇 | Donde Taehyun y Beomgyu crecieron odiandose, pero unos años después, luego de que Taehyun volviera a las alegres granjas frutales a las afueras de Daegu, todo cambia cuando les toca convivir más que nunca.
⚘ Contenido homosexual ¡!
⚘ M-preg...
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Capítulo uno Cherry Hill ━━━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━━━
Tras el comienzo de la primavera, las extensas colinas de Cherry Hill ya estaban vistiendo los característicos tonos de rosado que adquiria el lugar cuando comenzaba la alegre temporada del año. Dando hermosas vistas a quienes pasaban por ahí, y deleitando las narices de los pocos que se acercaban.
Aquel hermoso lugar fue el orgullo de los Choi por generaciones, principalmente del más joven de todos, Choi Beomgyu, el cuál se encontraba revisando los cientos de árboles en busca de que esten todos bien y no haya alguna plaga dañina.
Tal vez para muchos era una tarea bastante tediosa y aburrida, pero para él no lo era, amaba esa pequeña parte de su rutina: despertarse temprano a la mañana a revisar los cultivos, aspirando el dulce aroma que soltaban las flores luego de las brumas usuales durante las noches, mientras el canto de las diferentes aves marcaba el comienzo del amanecer.
A medida que el sol fue tomando cada vez más presencia en el despejado cielo, el joven chico de cabellos castaños y algún que otro cenizo iba culminando su diaria tarea. Una vez terminó de revisar uno por uno, encendió el sistema de riego, despidiéndose de sus pequeños cerezos hasta dentro de un rato.
Se dirigió a la gran casa de madera sobre la colina, sacándose sus sucias botas luego de subir los pocos escalones del portal. Con cuidado abrió la puerta de la casa, intentando no emitir ruido alguno.
La segunda parte de su rutina era preparar el desayuno para él y su abuela, los únicos habitantes de aquella casa, sin contar a los animales claro. Empezó a sacar los ingredientes y utensilios necesarios para preparar panqueques de avena, los favoritos de su abuela. Una vez listos, los sirvió sobre la pequeña mesa y a los de la señora les puso un poco de jalea de cerezas encima, para darle aquel toque dulzón del cual gozaba la amable anciana.
Caminó con calma hacia la habitación de la que salían bajos ronquidos. Beomgyu abrió la puerta despacio y no pudo evitar soltar una carcajada ante los ronquiditos de su abuela. Se acercó a la cama y se sentó en el borde, empezando a acariciar su cabello canoso con delicadeza.
—Buenos días halmeoni —la anciana empezó a moverse, comenzando a despertarse—. ¿Descansaste bien? Ya preparé el desayuno.
—Buenos días Gyu —sonrió abriendo sus pequeños ojos, viendo a su nieto con amor—. Muchas gracias por el desayuno, ¿mañana déjame prepararlo si? Tienes a tu vieja abuela muy consentida —con un jadeo se sentó en la cama a paso lento.
—No te preocupes por eso, es lo menos que puedo hacer —le devolvió la sonrisa y le dió un beso en la frente—. Vuelvo en un rato, iré a ayudar a los Jeon en su tienda. Por favor cuida de los niños.
Sin más, salió de la habitación dejando la puerta abierta, tomó un par de zapatos limpios y salió de la casa emprendiendo su camino al pueblo, listo para ayudar a quien lo necesitaba.
Motivo por el que Choi Beomgyu era tan querido por todos en aquel pequeño lugar.
