Un Regalo Fronterizo

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Ash estuvo follando a Lusamine y Cynthia durante mucho tiempo.
Él disfruto de los cuerpos de las rubias cachondas, al estar con las rubias se le pasó el tiempo hasta que Cynthia le entregó un sobre rosa.

Querido Ash

Espero que disfrutes este regaló ya que conseguirte a Dos MILFS cachondas y rubias es muy difícil.
Tu siguiente regalo esta en Kanto, más específicamente en la sede de la batalla de la frontera.

Con amor

Tu admiradora secreta

Ash terminó de leer y se preparó para regresar a Kanto, se despidió de ambas rubias no sin antes darles una última follada.

🎄🎄🎄

Ash había llegado a Kanto después de una semana viajando, se dirigió a la sede de la batalla de la frontera en donde fue recibido por Annabel.

"Ash, creí que no vendrías". Le dijo la pelimorada.

"Lo siento perdí la noción del tiempo".

"No te preocupes ven, comencemos. Greta nos está esperando". Dijo Annabel tomando la mano de Ash.

La pelimorada guió a Ash a una habitación separada del resto, ahí en la cama está una rubia masturbandose.

"Greta". Recriminó Annabel.

Greta se sobresalto, pero se calmó a ver a Annabel junto a Ash.

"Ya no podía aguantar más". Dijo Greta poniéndose la ropa. "Ash demoró mucho".

"Lo siento". Se volvió a disculpar Ash.

"No importa ven". Dijo Greta lanzándose a él.

"Tú no tienes remedio". Negó Annabel.

🎄🎄🎄

En lo que Ash se encontró fue en un sándwich de carne caliente. Ash estaba entrando y saliendo frotando su polla dura no solo contra los clítoris de Annabel y Greta, sino también contra sus hendiduras que brotaban sus jugos. Las dos chicas se besaban acaloradamente mientras sus manos recorrían los cuerpos de la otra.

"Oh dioses, esto era lo que necesitaba". Gimió Annabel.

"Sí, yo también". Gimió Greta mientras sus dedos estiraban los pezones de Annabel.

"Oh, perra". Dijo Annabel con un jadeo.

"¿Qué vas a hacer?". Greta se burló.

Annabel se vengó de Greta inclinando la cabeza hacia abajo y mamando las impecables tetas de la rubia.

"Oh, oh, oh". Gimió Greta mientras comenzaba a balbucear.

Ash finalmente gimió mientras rociaba su semilla por todos los coños de Greta y Annabel. Las dos chicas sintieron la semilla caliente de Ash en sus agujeros.

"Lo quiero a él primero". Dijo Annabel.

"Muy bien, pero tienes que comerme el coño". Dijo Greta.

Annabel asintió con la cabeza.

Ash suspiró un poco ya que parecía que no tenía voz en los arreglos, pero no dijo nada ya que realmente estaba teniendo sexo. ¿Por qué demonios se quejaría? Todavía estaba duro incluso por venir antes.

12 días para NavidadWhere stories live. Discover now