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POV Bastián

Camine a paso seguro por los pasillos de aquel hospital, el olor a medicamento y desinfectante seguía en mis fosas nasales, cosa que no me sorprendía estando en un lugar como este

Los enfermeros, pacientes e incluso médicos se hacían un lado cada vez que pasaba, tal vez era por mi ceño fruncido, mi aura intimidante o por tener a dos de mis guardias vestidos con ropa informal en cada lado

Ciertamente, esas miradas no me interesaban o me incomodaban en lo absoluto. Toda la vida he sido un hombre que no se deja llevar por lo que piensen los demás, al fin y al cabo siempre terminaran tirándote mierda por cualquier tontería

Mire de reojo a uno de mis guardias, una mujer alfa estaba a mi costado izquierdo mientras un hombre beta estaba a mi costado derecho

Mire a la alfa, que al igual que el otro chico, tenia su mirada al frente esperando alguna orden de mi parte

-¿Donde esta? - pregunte a secas, la mujer se paro de manera mas firme, no tenia que ser tan especifico para que ella supiera de quien o que hablaba

-Cuarto número 98, alfa - contesto con firmeza, sin titubear, asentí ante su respuesta y volví a fijar mi vista al frente para dirigirme a aquella habitación, mientras lo hacia, llame a Azael 

-¿tienes todo listo? - cuestione una vez que Azael me contesto la llamada 

-Todo esta listo alfa, solo estamos esperando su permiso para comenzar - sonreí para mis adentros al saber que todo iba bien 

Tal como lo predije, una vez que llegamos a aquel cuarto, un policía custodiaba la puerta en donde el lobo se encontraba

Aquel hombre frunció su ceño una vez que me vio caminando hacia el 

-¿Se le ofrece algo? - me pregunto una vez que estuve parado al frente suyo. Mire de reojo la puerta que el estaba vigilando y no dude en asentir

-Déjeme sacar a ese chico -mi respuesta era clara, aunque, por supuesto, sabia que recibiría una negativa por parte de aquel humano 

-No puedo hacer eso joven - me respondió de manera tosca parándose de manera firme, vi como de manera "disimulada", saco de su pantalón una pequeña arma

En ese momento me dieron ganas de reír, por lo que, antes de que pudiera siquiera hacer algo, tome su brazo con fuerza acercándolo mucho mas a mi, quedando cara a cara

Su cara tenia el digno concepto de aturdimiento y molestia a la vez, yo en cambio, lo miraba con aburrimiento 

-Escucha - corte cualquier palabra que hubiera querido salir de los labios de aquel hombre canoso- lo que le dije no fue una pregunta, fue una orden

Desde mis adentros sentí un pequeño cosquilleo, y volví a curvear una pequeña sonrisa en mis labios cuando los ojos del contrario de dilataron 

-Quiero que me dejes sacar a ese chico de la habitación -volví a hacer mi petición, solo que esta vez con un tono de voz mucho mas profundo  

-Dejare que saquen al chico de la habitación - el hombre repitió mis palabras, rápidamente lo solté al darme cuenta que la hipnosis habia funcionado. Aquel policía quedo parado, pareciendo un muerto abriendo y cerrando la boca de repente

haciendo una señal con mi cabeza, le pedí a los dos guardias que entraran al cuarto, ambos no dudaron en acatar mi orden. Mientras ellos hacían eso, volví a mirar al oficial 

-no recordaras nada de lo que te dije, ni tampoco recordaras a aquel muchacho que estabas custodiando - con cada palabra que pronunciaba, el hombre asentía- vete y cuando chasquee los dedos, perderás la memoria de lo ultimo que ha pasado

Cachorrito Perdido - ABDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora