15.

945 162 19
                                    

Empezó a morir un poco cada día. En la oficina todos parecían demasiado contentos con Himeno y Aki. Incluso si estos eran relativamente discretos sobre su relación.

Kishibe ya no le había dado la oportunidad de regresar a su departamento y él tenía que soportar constantemente a Himeno siendo terriblemente insoportable.

O tal vez solo estaba siendo amargado.

Comenzó a aislarse, los audífonos permanecian colocados la mayor parte del día en sus oídos con canciones demasiado alegres y completamente lo opuesto a lo que generalmente escuchaba.

Dudaba poder escuchar una canción de rock sin llorar.

Dejó de seguir los mangas que Aki seguía, dejó de ver series y todo aquello que pudiera recordarle al pelinegro.

Silenció las redes sociales de Himeno y de Aki e incluso si a veces entraba solo para ver si había alguna señal de ruptura se podía decir que lo estaba haciendo bien.

-Angel cuánto tiempo, ya casi no hablas amigo. -Denji saludó en su escritorio, fingió una sonrisa mientras se quitaba completamente los audífonos.

-Me he sentido cansado, eso es todo. -Se excusó esperando que el rubio dejara el asunto por la paz.

-Que mal. Oye, ¿quieres venir a mi casa a ver películas? Reze está volviéndose loca por ver una que recién se estrenará y creo que te gustará. -Accedió, tomaría cualquier cosa para distraer su mente.

Denji no le advirtió que sería una película de amor.

Para el final de la película sentía como el nudo en su garganta prácticamente lo estaba asfixiando y no le permitía hablar. Con esfuerzo se despidió de la pareja y regresó a su propio departamento.

Puso música y solo para torturarse aún más decidió revisar el perfil de Himeno. Pésimo día para hacerlo.

Una decena de fotografías sobre la perfecta cita justo en el bar al que había planeado invitar a Aki, el pelinegro se veía contento en la imagen y sus entrañas se retorcieron con celos y envidia.

Estaba mal ser así pero no podía evitarlo, hacia su mejor esfuerzo y aún así estás horribles emociones no lo dejaban.

Con el pecho apunto de estallar de pena y tristeza se acostó a dormir.

Aki ya no aparecía más en sus sueños.

Tampoco le hablaba más, poco a poco cortó sus interacciones por mucho que él respondiera a ciertas historias (bastante meditado para no verse obvio). Las cosas llegaron a un quiebre cuando Himeno por alguna razón decidió confrontarlo.

"Ángel, ¿Puedo hacerte una pregunta? Sonará muy raro pero realmente necesito saberlo. ¿A ti te gusta Aki?
Por favor, sé sincero."

Tragó saliva, lanzó el teléfono a la cama y comenzó a dar vueltas por toda la habitación.

¿Cómo lo había descubierto? ¿Cómo diablos sabía ella si jamás se lo había dicho a nadie?

Respiró hondo antes de pensar en la respuesta.

"¿Qué? Dios no, Aki es solo un amigo para mí. ¿Por qué creerías eso?"

Aunque realmente estuvo tentado a decir "Oh Himeno, estoy tan enamorado de Aki que me duele verlo junto a ti todos los días, cuando insinuas que están juntos me muero de tristeza y de celos preguntándome constantemente qué tienes tú qué no tenga yo. Diariamente me ilusiono pensando que terminarán y que Aki correrá a mis brazos."

Esa era la verdad.

Se limitó a adjuntar un emoji de risa, solo para sentirse menos culpable.

"Es raro... Siempre parece alterarse cuando recibe un mensaje tuyo y yo estoy ahí. Muchas gracias por tu sinceridad, te aprecio Ángel."

La conversación terminó ahí y en el fondo intentó convencerse de que nada malo pasaría.

Excepto que a partir de ese día Aki ya no contestó ninguno de sus mensajes y en la oficina apenas y lo saludaba.

Simplemente siguió muriendo un poco más en silencio.

Washing Machine Heart «AkiAngel»Onde histórias criam vida. Descubra agora