Capítulo 50

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ERIK

Han pasado cinco meses y Charlotte me está volviendo loco. Faltan muy pocos meses para que el bebé nazca, hemos decidido que nos enteraremos de si es niña o niño en el momento del parto para que sea una gran sorpresa.

La panza de Charlotte ha crecido, está más rebelde que nunca, más emocional, más sentimental y más hambrienta.

Cada vez que tiene un antojo me hace correr a comprarlo, anoche me ha pedido helado con sardina, semejante gustico tan raro. Y cada vez que tiene náuseas yo también las tengo.

La amo, amo su pancita, amo los momentos con ella y amo todo, todo lo que conlleva estar embarazada, hasta los momentos en los que me hace enfadar.

-¡¡Erik!!

-¡Que ya voy!

Me pidió que le preparara pasta con Nutella y eso hago, pero está tan desesperada que no puede aguantar que la pasta se enfríe. La sirvo y la llevo a la habitación.

Al entrar la veo llorando.

-¿Y ahora qué sucede?

-Me gritaste.

«Dios, salvame por favor»

Entiendo que todo lo que está viviendo es difícil para ella así que trato de tener la mayor paciencia posible.

Respiro profundo, dejo el plato en la mesa junto a la cama y me siento a su lado.

- Perdón, princesa, no fue mi intensión.

-Yo solo quería... Solo quería mi pasta con nutella y tú me has gritado..

Sonrío y beso su frente, tomo el plato y se lo muestro.

-Mira, ya lo he preparado para tí.

Sigue llorando y se para corriendo al baño. Va a vomitar. Benditas náuseas.

Al entrar en el baño la veo vomitando y utilizo la papelera para vomitar yo también. Que asco.

Media hora después Charlotte está más calmadita, le dije que yo resolvería unas cosas de trabajo, que tomara una siesta. Sí, trabajo desde casa para poderla cuidar.

Ahora es muy común que también duerma mucho, no hemos tenido sexo y eso me trae loco. Cuando tenía solo un mes de embarazo el sexo seguía siendo maravilloso, pero desde que empezaron los antojos, los cambios de humor y todo eso pues... Un día decidió que no quería hacerlo más, que no le apetecía y aunque no lo crean, la entiendo.

No había tenido tiempo de pensar así que tomo el teléfono y marco el número que tenía pensado hace dos meses.

-Hola, Erik ¿Ya lo has decidido?

-Sí. Podemos empezar el papeleo cuanto antes.

.

Teison y Ehiler están en el apartamento, bebemos un poco mientras Charlotte sigue descansando.

-Entonces ¿Cuando lo harán?

Miro a Ehiler y hago una mueca.

-Estoy pensando en hacerlo mañana, ustedes me ayudarán. Ya le dije al papá de Charlotte que venga y así podrá cuidarla, no quiero que el olor de pintura le haga daño.

Teison sonríe-¿Qué color escogiste?

-Celeste.

-¿Por qué?-pregunta el menor.

-Porque es un color que puede ser tanto para niña como para niño y a demás, es bonito y tranquilo.

-¿Y los muebles?

-La casa viene con los muebles incluidos, los que más se utilizan. Las camas y las cosas para el cuarto del bebé ya están comprados, solo falta que los envíen a la casa, por eso quiero que sea mañana. El bebé está a pocos meses de nacer, para entonces quiero ya estar en la casa de Charlotte y mía. De nuestra familia.

Ehiler se recuesta del sofá y se cruza de brazos burlon-Quien lo diría. El mayor de los Brown se nos va y forma una familia ya.

Teison abre los ojos-¿Cuándo piensas pedirle matrimonio?

Suspiro-Todos mis planes cambiaron en cuanto supe que estaba embarazada otra vez, ahora no sé qué hacer. Creo que le pediré matrimonio de una manera simple, no tan elaborada como la había planeado.

-Será lindo para ella igual, te ama. Se aman.-Ehiler sonríe y yo también.

En cuanto mis hermanos se van vuelvo a la habitación junto a mi hermosa chica, me siento con cuidado a su lado y pongo mi mano en su barriguita.

-Hola, lindo bebé. Tu mami sigue descansando así que tú y yo podemos hablar un rato.

Siento una patada y abro mis ojos como platos. Sonrío de oreja a oreja, le ha gustado lo que he dicho.

-Pronto estarás en nuestros brazos, pronto veré tu linda carita. He pensado algunos nombres-siento otra patada-. Hagamos algo, yo te diré los nombres que tengo pensado y si te gusta uno, pateas otra vez.

-¿Qué haces?-veo a Charlotte que está sonriente mirándome.

Por primera vez siento que mis mejillas se han enrojecido al ser descubierto.

-Hablo con el bebé, le diré los nombres que tengo pensado y si le gusta uno pateara.

-Pero si aún no sabes si es niña o niño.

Me alzo de hombros-Hay nombres unisex. Ahora has silencio.

Sonríe y asiente.

-A ver... Jade-Charlotte hace una mueca y no hay patada, no le gustó-Noa-Charlotte niega-Alex.

-Ese es muy, pero muy común. No me gusta.

-Calla. Él o ella decidirá.

Rió-Vale, vale.

-¿Qué tal Andy?

Pateó.

«¡Dios mío, ha pateado!»

Comienzo a reír de alegría al igual que Charlotte, pero ella se está burlando de mí.

Beso a mi mujer y me acuesto para quedar a la altura de su barriga-¿Te ha gustado? No sabes el padre tan feliz que me haces.

-¿Entonces se llamará Andy?

Me levanto-Sí. Nuestro o nuestra Andy. Charlotte te amo, te amo tanto y no sé cómo explicarlo.

Sonríe y miro sus ojos, sus hermosos ojos azules, los mismos que siempre me han atrapado.

-Tambien te amo y mucho, Erik. Pero tengo un nuevo antojo.

Gruño y caigo acostado en la cama-¿Cuál?

-De una vida juntitos.

Sonrío como un estúpido y la miro-Trato, ese antojo lo tengo yo hace un buen rato.

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Falta muy poco para que esto se acabe🤧

La Conejita de los hermanos BrownWhere stories live. Discover now