CAP. 1: SOLAR

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Estaba enojado. Se puso de pie, miró en el espejo sucio, no quiso lavarse los dientes porque en ese momento deseaba que se le cayesen de la boca. Ojalá estrellarse contra algo que se los volara todos y luego muriera. Al despertar por la mañana tuvo un recuerdo de odio. Uno que le recordaba que algo no había funcionado, que no había funcionado como siempre funcionaba, ya hace muchos meses.

En ese entonces, estaba en busca del talismán, era lo que todos los brujos del Cono Sur buscaban. Monjes del Tibet lograron sentir la energía de la Tierra y funcionar como una unidad con ella luego de milenios de meditación. Esta cambia de lugar cada 12.900 años, y desde hace un década se movía a toda velocidad desde los Himalayas hacia la cordillera de los Andes, la nueva columna espiritual terrestre. Lo que los monjes y brujos llaman La Kundalini. El talismán evitaría que toda la cordillera se hundiera por el exceso de energía dejando bajo el agua a casi todo el Cono Sur en el Océano Pacífico.

Ese día, Rafael estaba en otro tema, estaba frente a Mateo. Y por eso estaba enojado ahora. Este último lo miró de reojo antes de que Rafael hiciera lo que iba a hacer. Es la reacción de la gente inteligente frente a los brujos, darse cuenta que están a punto de hacer algo sospechoso. Pero eso daría igual, en unos segundos Mateo se olvidaría. El hechizo solar haría que cualquier presunción de duda se disipara, salieran las nubes del horizonte y un cielo despejado fuera iluminado por los rayos del sol en su cabeza. La mente del objetivo diría: es un buen chico, y el brujo podría seguir su vida como siempre.

Al fin y al cabo, Rafael sí era un buen chico. Bueno, no perfecto, pero tampoco tan malo. Recordó los cadáveres espirituales que dejó enterrados en el centro de la ciudad, y en ese momento sintió que no era tan buen chico, de hecho, que podía ser uno horrible, solo muy a veces. Pero veamos, quién no tiene defectos. Fuera de los cadáveres del centro, el resto de su vida habían sido buenas obras y errores de torpeza por su arrogancia adolescente, pero nada grave.

En el pasado, sus compañeros de curso tuvieron una buena impresión de él, aunque lo encontraban raro y le tenían un poco de miedo. Sus profesores lo adoraban, sobre todo las profesoras, que parecía que querían algo con él. Y las chicas de su edad no lo tomaban mucho en cuenta, lo veían demasiado santurrón, demasiado buenito, ¿ven?, una excelente persona. Tampoco para tanto, obvio. Un ser humano, al fin y al cabo, como cualquier otro. Hay que decir además que los cadáveres espirituales que enterró en el centro pertenecían a pedófilos y aunque les había arruinado la vida para siempre a sus criminales portadores, a la vez salvó a muchos más con su acción.

Para alguien así, con el alma dolida como cualquier humano, pero no demasiado corrompido, no sería difícil hacer el hechizo solar. De hecho, sería bastante fácil. Se ocupa cuando ocurren cosas humanas incómodas como las que pasan todo el tiempo. Cuando hay una pelea. Cuando dos personas no se entienden o no se pueden poner de acuerdo. Simplemente reconoces en tu interior que estás equivocado, miras a los ojos al objetivo y con una verdad concisa y sincera dices o gritas: ¡Hechizo solar! La otra persona quedará paralizada por un segundo, y cualquier problema, cualquier oscuridad iluminada por la compasión y la verdad: somos humanos, nada es grave, es mejor vivir el presente. Avancemos. Fin. Cada uno tiene su opinión. O en el peor de los casos, aceptación sincera.

Para un brujo o alguien entrenado en hechicería nunca falla. Escuchen: nunca. Nunca un brujo falla un hechizo solar. Menos Rafael, era imposible que lo fallara. Estaba frente a él, le gritó: hechizo solar, ¿y saben qué pasó?, bueno, ya saben, nada. Mateo no se inmutó ni siquiera una fracción de segundo, fue como si hubiese dicho cualquier cosa menos hechizo solar. El brujo pensó que debió desayunar mal, levantó la varita y de nuevo: ¡hechizo solar! Nada ¿Qué? Eso ¿Qué? Hechizo solar ¡Qué! ¡Hechizo Solar! Por la chucha: ¡Hechizo Solar! ¡Hechizo Solar! ¡Hechizo Solar!

CORDILLERA MALDITAWhere stories live. Discover now