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Ah, navidad. Sinónimo de alegría, dulzura, diversión, amor, y amistad. Todo lo bueno contenido en un simple día que estaba destinado a ser el mejor de todo el año.

Diciembre era el mes preferido de muchas personas por ser el último, y el que traía de las mejores festividades; navidad y año nuevo.

Las cosas comenzaban incluso desde noviembre, pues algunos estaban tan emocionados por las fechas que hasta contaban los días restantes para que la gran noche finalmente llegara.

Pero aunque muchos tenían un gran espíritu navideño y ansiaban la llegada de su celebración favorita, había otros que eran todo lo contrario.

Personas que detestaban la navidad. Que aborrecían todo el caos y el revuelo que se formaba por algo que para ellos era considerado como otro día más.

Y Baji Keisuke era parte de ese grupo.

No siempre había odiado la navidad. De hecho, él la amaba cuando era niño. Sin embargo, a medida que fue creciendo, la magia y la emoción por las fechas fue lentamente desapareciendo, hasta que se volvió inexiste.

Recordaba haber pasado terribles navidades cuando entraba a la adolescencia. Noches llenas de problemas y de tensión dentro de su hogar, que varias veces resultaron en escapadas nocturnas para evadir la situación que lo condenaba.

Y desde ahí fue que comenzó a detestar la navidad.

Se sentía enojado de que nunca pudiera tener un festejo normal, o al menos uno en donde no terminara en pelea.

Siempre envidió a todos sus amigos porque se veía que ellos pasaban las fiestas normalmente. Rodeados de su familia y un hermoso ambiente acorde a la celebración.

Pero él no podía tener eso. Y probablemente nunca lo conseguiría.

Por eso mismo había crecido año tras año con un inmenso rencor hacia la festividad, que se manifestaba cada que llegaban los últimos meses del año.

Recientemente había intentado hacer las paces con la navidad. Dándose la oportunidad de asistir a diferentes cenas con varios de sus amigos, y su madre, en dos ocasiones distintas.

Y a pesar de que se lo había pasado bien años anteriores, y comenzaba a pensar que quizá la celebración no era tan mala, la maldición que él se pensaba que tenía encima, le volvió a jugar en su contra ese año.

-¿Te vas a quedar para la noche?- Ken le preguntó al pelinegro.

-Nah, así estoy bien- Baji respondió calmado- Ya tienen casa llena y sabes que me canso rápido de tanta gente

-Ay, no se nos vaya a fatigar el señor- Manjiro dijo burlesco, causando una suave risa en todos, menos en Keisuke, quien simplemente se limitó a rodar los ojos.

-Cállate, que tú eres el primero en dormirte antes de que sean las doce- El más alto le respondió de la misma manera, esta vez causando más risas que las anteriores.

-Pero ¿Por qué no quieres quedarte Keisuke?- Shinichiro devolvió la atención a la pregunta inicial- Todos vamos a estar aquí y la cena ya casi está lista

-No lo sé, no me siento con los ánimos como para celebrar- Baji admitió con un suspiro- Yo sé que si ella estuviera aquí estaría más que emocionada por toda la decoración y el esfuerzo que le dedicaron a la cena. Estaría sumamente feliz por compartir el tiempo con nosotros, y hasta repartiría los regalos más temprano porque no podría contenerse las ganas de ver las reacciones de los demás, pero... Yo no soy así, y, también sé que eso no volverá a pasar

El pelinegro bajó la mirada hacia sus manos, sintiendo el peso de sus palabras recaer sobre sus hombros.

Extrañaba a su madre. La extrañaba más que a nadie y muchísimo más que nunca. Pues recordaba con tristeza cómo siempre era ella la que se emocionaba por las fechas y lo arrastraba a hacer actividades temáticas todos los años.

Un milagro de navidad inesperado | Bajifuyu xmas specialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora