Leyendo Naruto DxD El dios de la locura, el caos y la destrucción

Capítulo 3

La sala estaba en completo silencio mientras nadie se atrevía a hablar pues lo que había sucedido al final del capítulo anterior los tenía algo asustados, ese monstruo no solo había recuperado su poder sino que también había adquirido una sacred gear, una que en un principio no sería muy fuerte pues la Twilight Healing no era una sacred gear de combate al no otorgar ninguna mejora física o mágica para el usuario, no tendría mucha diferencia en Naruto de no ser por algo, Naruto Cipher era un ser de gran poder que podía usar la sacred gear de forma infinita sin miedo a agotar sus reservas mágicas para curarse de cualquier herida, veneno o maldición que usaran en el.

Nota de autor:

Creo que hare un fic de Naruto con esa sacred gear pronto pues ya que lo pienso si estaría muy roto alguien como Naruto usándola en DxD que si pueda sacarle provecho y explotar sus usos.

Fin de la nota de autor.

Tras unos minutos más la pantalla se volvió a encender logrando captar la atención de los integrantes de la sala quienes miraron a la pantalla con algo de miedo de lo que pasaría en este capítulo, Sirzech y los demás demonios en la sala por alguna extraña razón sintieron como un escalofrío recorría sus cuerpos sin saber que lo que verían los dejaría sin habla.

Naruto sonreía de forma macabra, podía sentir su poder fluyendo por sus venas, ya extrañaba la sensación de estar por encima de todos, un poder tan grande que lograba superar a los dioses dragones Ophis Ourobosus y Great Red, un poder que lo puso en un nivel totalmente superior a los demás seres sobrenaturales incluso poniéndolo como una amenaza mayor a el propio 666,la bestia del apocalipsis o mejor conocida como el Triexa, ahora con su poder de vuelta a su máximo esplendor nadie podría vencerlo, ese molesto dios ya estaba muerto y ahora con la curación crepuscular los pocos seres que podrían rivalizar con el no eran nada como Brahma o Caos, estaba pensando que haría ahora no destruiría el mundo de una vez eso sería aburrido y sin gracia, que haría joder a los griegos, ir por los nórdicos, talvez otra vez ir a enfrentar a Shiva, tantas opciones que no podía decidirse por qué hacer primero, para los demás esto podría ser algo que decidiría el destino del mundo y cambiaría todo el mundo sobrenatural conocido, pero para el Cipher no era más que un juego que lo divertía, un pasatiempo macabro y retorcido.

-Psicópata de mierda. La voz que se escucho era de nada más y nada menos que de Sirzech quien miraba con enojo la pantalla pues el Cipher hablaba de la destrucción de panteones enteros y la muerte de millones como si de una simple broma se tratase, que clase de monstruo sin sentimientos haría tal cosa más que uno que un psicópata.

Los griegos al escuchar la mención de su panteón se tensaron pues no creían como alguien hablaba de su destino como si del desayuno se tratara, el Cipher era un verdadero bastardo aunque uno muy poderoso al cual no le podían hacer frente ni siquiera uniéndose todos los griegos juntos para su molestia.

Luke sonrió al escuchar eso pues le daba gracia ver como los dioses griegos sentían miedo sin darse cuenta que eran igual de desalmados que el Cipher en cuanto a la humanidad se trataba.

Shiva estaba serio al escuchar las palabras de Naruto, ese monstruo hablaba de enfrentarlo a el quien era considerado el dios más fuerte solo estando por debajo de los primordiales y los dioses dragones como si nada, eso si era algo aterrador que no dejaría dormir a muchos en un largo tiempo, opinión que era compartida con Indra quien sabía que el Cipher se encontraba en otra liga.

Los nórdicos estaban serios al escuchar los pensamientos de Naruto mientras gruñian por lo bajo, por su parte los dioses de Shumatsu miraban esto con seriedad en especial Odín y Thor, uno con seriedad ya que Naruto era una amenaza que no podía tomar a la ligera y el otro con emoción ante la idea de pelear con el, Loki miraba la pantalla sonriendo mientras miraba todo lo que Naruto provocaba en la sala sin siquiera estar presente solo dejando escuchar sus pensamientos.