CAPITULO 31. POV Rámses. ¡BUM! (primera parte)

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— Bonjour Germán, comment vas-tu? - Hola Germán, ¿Cómo has estado?.

— Bien et toi? Je ne t'ai pas prévu, bien que mon assistant soit nouveau - Bien ¿y tú? No te tengo agendado, aunque mi asistente es nueva.

— Je ne suis pas prévu, je veux me faire tatouer et venir voir le modèle - No estoy agendado, quiero hacerme un tatuaje y venía a que viésemos el modelo.

Le dicté mi idea a Germán y lo vi arrugar el ceño.

—Demasiado cursi, lo lamento, debo decírtelo. ¿Estás seguro? Porque tatuarte el nombre alguien siempre es un conflicto a menos que sea familia.

—Ella es familia, así que estoy muy seguro.

—¿Pero el corazón con su nombre?. Homme! Très banal - ¡Hombre! Muy trillado.

Comenzaba a exasperarme, no era problema de él lo que yo quería hacer en mi cuerpo.

—Si es muy complicado para ti...—respondí con toda la malicia que pude y Germán se tensó.

—Es muy sencillo para mí... pero oye, si es lo que quieres hacerte, adelante. Pero déjame que te presente un diseño y si te gusta podríamos hacerlo hoy mismo, si tienes tiempo.

Germán se perdió dentro de las oficinas del local mientras me senté en las sillas de espera a navegar en mi teléfono. Con el secuestro perdí mi anterior aparato, pero mi papá se encargó de reponerlo y pude recuperar mi antigua línea, Amelia no quiso conservarla y la entendía.

Tenía varios mensajes sin leer en el grupo de la familia. Mike y Hayden planeaban encontrarse la próxima semana porque el segundo tenía que viajar a realizar unas consultas especiales en Los Ángeles.

Amelia me había escrito avisándome que iría con Gabriel a buscar las cosas en su vieja casa y que luego pasarían por mí. Me hubiese gustado ir con ella, pero sé que el regalo que pienso darle compensará mi ausencia.

—Rámses—me llamó Germán y me levanté para seguirlo—, ¿Qué te parece así?.

Su diseño era mejor de lo que esperaba como siempre. Le pedí que el nombre de Amelia pudiese leerse un poco mejor en las pulsaciones y que el color que utilizara para el corazón fuese rojo intenso, con los bordes que había colocado en sombras degradadas. Era un corazón bastante realista, tenía incluso las válvulas. No era grotesco, que era el miedo que me daba, por el contrario lucía hecho de piedras superpuestas como un rompecabezas y ese detalle también me gustó. La flecha que lo atravesaba era realista, diseñada para verse en 3D.

—Se vería genial en escalas de grises—me sugirió Germán.

—No, así está bien. Ella hace mi corazón de colores.

—Ya veo porque quieres un tatuaje tan cursi—se burló—. Tengo tiempo ahora, una cita canceló, ven conmigo.

Este tatuaje tuvo algo que me sorprendió: Me dolió. Con todos los otros el dolor era parte del placer del dibujo, pero este si me dolió. Incluso Germán tuvo que detenerse por un momento para que yo descansara, también confundido por la incomodidad que me estaba generando. Pero no había una explicación científica para esto, solo psicológica. Los anteriores no me dolían porque drenaba mi dolor interno con cada pulsación de la aguja en mi piel, pero ahora... no tenía dolor interno que drenar.

—Está terminado. Me gustaría que agendáramos en una semana para retocar el color.

Me miraba en el espejo el resultado final antes de cubrirlo.

—Quiero decirte que no sudes, pero cuando Amelia vea ese tatuaje se te lanzará encima. Solo trata de no lastimarte la piel, mantenerla limpia y lejos del sol en exceso.

No Juzgues La Portada. Ahora contada por ellos 2Where stories live. Discover now