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─Eres directo ─ comento.

─Lo prefiero, cómo también la sinceridad para que no haya malentendidos ─ dice él.

─No niego que también lo prefiero ─ acepto.

─¿Entonces? ─ insiste.

─A ver, ¿aún le quiero?, no tanto como antes y tampoco puedo decir que ya no le quiero completamente, porque lo quise cómo una estúpida por demasiado tiempo, porque tenía la esperanza de que ese amor ser correspondido algún día, pero ya me di cuenta de que eso no va a pasar, por lo que ese sentimiento poco a poco muere ─ contestó ─ ¿Demasiada información? ─ le preguntó para después tomar una profunda respiración y un poco de vino.

─No, pedí sinceridad y eso fue lo que hiciste ─ dice él ─ ¿podría tener una oportunidad? ─

─No tengo una respuesta en este momento, dame hasta el final de la cena para poder darte una respuesta, necesito, concerté un poco más ─ le digo.

─Lo entiendo, pero ─ se inclina un poco en la mesa ─ ¿hasta el momento cómo lo estoy haciendo? ─

─Nada mal, pero tampoco te confíes ─ le advierto y en eso nos traen la entrada.

Seguimos conversando y conociéndonos más, él es muy divertido, inteligente, educado, es un encanto por completo, me agrada.

Me cuenta de su familia, la hacienda, sus estudios, su tiempo trabajando en la importación de bebidas, creo que nunca me la había pasado también en una cita, ni siquiera con Damian.

Tuvimos muy pocas citas y apenas conversamos, no en ese momento no me importo porque estaba una cita con Damian, ese simple hecho me tenía en las nubes y me era más que perfecto, hasta ese punto estaba tan enamorada de él, pero esto todo lo puesto y me encanta.

─Entonces tu marca es de calzado ─ dice ya hemos terminado de cenar.

─Así es ─

─¿Por qué zapatos?, ¿Por qué no ropa? ─ me pregunta.

─Porque me encantan los zapatos, además nunca se me ha dado bien diseñar ropa, mi hermana Alexia, por otro lado, es fabulosa en ello ─ le cuento ─ entre las tres planeamos expandir la marca, cuando terminen la universidad ─

─Así que mientras tú estás levantando todo sola ─ dice.

─Más o menos, pero no me molesta, soy mayor que ellas y no tampoco era que me iba a detener a esperarlas, en mi último año no podía ver la hora de graduarme y empezar con mi marca de zapatos ─ dijo con una sonrisa.

─De verdad te apasiona mucho ─

─Por supuesto no trabajaría en nada que no me apasione ─ digo con seguridad ─ aunque no niego que él área del calzado en un poco complicada ─ digo.

─Complicada si te enfocas solo en el calzado para hombres, pero para las mujeres se pueden crear infinidad de opciones ─ dice él ─ están zapatos cerrados, abiertos, sin tacón, de tacón pequeño, mediano, grande, tacón grueso, fino, sandalias, plataformas, botines, bailarinas botas ─

─Me parece que te fijas mucho en el calzado de las mujeres ─ comento un poco extrañada.

─He sido acusado de tener fetiche de pies ─ me cuenta.

─¿Y es cierto? ─ preguntó divertida.

─Un poco creo, ¿y tú tienes alguno? ─ me pregunta con interés.

─¿Un fetiche? ─ asiente ─ a ver..... ─ lo pienso por un momento ─ creo que no, no lo sé ─ contestó encogiéndome de hombros.

─¿Alguna vez has tenido el deseo de hacer algo, pero no te has atrevido? ─ pregunta.

─Salto en paracaídas, ¿tú? ─

─Nadar con tiburones, ahh... somos los únicos que quedamos ─ dice y al mirar a los lados, me doy cuenta de que es cierto, ya no hay nadie más en el restaurante.

─Es casi ya media noche ─ digo con sorpresa mirando el reloj, estuvimos hablando tanto que ni nos dimos cuenta de la hora.

─Que lastima el tiempo se haya ido tan rápido ─ dice él llamando al camarero para pedir la cuenta, para después salir, Diego me acompaña hasta el auto ─ una parte de mí no quiere preguntar, pero si no tengo una respuesta no podre dormir ─ me dice él a unos pasos del auto con Julian teniéndome la puerta abierta.

Me acerco a Diego dejando un beso muy cerca de su boca, me la pasé muy bien en esta cita, mucho más de lo que me esperaba y no le tenía muchas expectativas, pero las rebaso por completo.

Además, no puedo cerrarme a las oportunidades porque no funciono con Damian no es el único hombre en el mundo.

─Tienes cierta posibilidad ─ le digo y él sonríe con cierto alivio─ para la próxima cita que sea algo al aire libre ─ le digo para después irme y subir al auto que Julian debe estar cansado de esperarme.

─Vaya que sobre paso las expectativas ─ comento Julian conduciendo.

─Si las sobrepaso bastante ─ contestó mirando por la ventana.

─¿Te gusta? ─

─Por ahora solo puedo decir que me agrada, me agrada mucho ─ Contestó.

**********

Al día siguiente, cuando llegué a la oficina me encontré con un hermoso ramo de rosas rojas en mi oficina y una nota que era parte de Diego.

El resto de la semana él estuvo fuera de la ciudad atendiendo unos asuntos de trabajo, pero siempre nos mantuvimos en contacto por mensajes y algunas noches hacíamos llamadas, llamadas que duraban horas, se siente tan bien hablar con él, siento que podría hablar con él infinitamente y no cansarme, además de que siempre tendríamos algo de que hablar.

─¿Que planes tienes para él fin de semana? ─ me pregunta él estamos en medio de una llamada.

─Nada siempre y cuando tus planes no sean él domingo en la mañana, en mi familia tenemos por costumbre almorzar todos juntos ─ le cuento.

─En mi familia tenemos algo parecido, solo que es una vez al mes y es para almorzar ─ dice él ─ pero por suerte lo que te quiero proponer es en la tarde ─

─Bueno, ¿a dónde iríamos? ─ le preguntó con interés.

─No quiero decirte mucho para no arruinar la sorpresa, pero estoy seguro de que te gustara, solo deber asegurarte de no llevar ninguna prenda que te guste mucho porque se va a ensuciar ─ me dice.

─Ahora estoy muy intrigada, ¿adónde vamos? ─ le preguntó llena de curiosidad.

─Lo siento, Bonita, pero no te lo diré, descansa, nos vemos el domingo ─

─Qué malo, tú también descansa, hasta el domingo...

Cassia Litman Herederos Litman 4Where stories live. Discover now