Capítulo 18

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Otra día en la escuela, pero a diferencia de las últimas semanas, Meliodas se sentía más tranquilo al haber solucionado el malentendido que lo separaba de su amiga, aunque aún sentía que algo no andaba bien.

No había llegado temprano como para pasar el rato con ella, pero esperaba encontrarla antes de que sonara el timbre. Mientras caminaba por los pasillos una mirada rubí captó sus movimientos y de inmediato se acercó para acto seguido rodear el cuello del rubio con su brazo de forma amistosa.

Meliodas alzó un poco la cabeza para notar de quién se trataba, al verlo sonrió.

—¿Qué tal, Ban? —saludó Meliodas mientras seguían avanzando hacia sus salones correspondientes.

Ban hizo que se detuviera y sacó del bolsillo su teléfono para extenderlo hacia el rubio. Ahí Meliodas recordó que aquel día donde intercambiaron tragos no compartieron sus contactos. Tomó el celular captando lo que quería el albino y empezó a registrar su número. Después hizo lo mismo pero con el de su contrario.

—al fin está cosa representante ser útil —dijo Ban mientras observaba el objeto rectangular que antes no representaba tanta utilidad. Sólo lo atesoraba por ser un regalo del esfuerzo de su viejo.

—¿No sueles mantenerte en contacto con tus amigos? —preguntó Meliodas.

—amigos, yo no tengo de esos —respondió con tranquilidad—. No había necesitado un celular para eso, pero mi viejo insistió que lo utilizara para socializar y que algo bueno vendría con eso. Le parece que lo justo sería que andara con tipos de mi edad. Pero aquí solo hay idiotas.

—tu viejo tiene razón, los amigos traen cosas buenas a tu vida —dijo Meliodas recordando sus pocas, pero sinceras amistades. Todo el tiempo que pasaba con ellos era valioso—. Sólo tienen que ser las personas correctas.

Ban removió los cabellos del rubio para que quedaran más alborotados captando su atención.

—me arriesgo a pensar que no eres lo que aparentabas ser hace unos meses cuando apenas y te notaba —comentó Ban, tranquilizando de alguna manera al rubio—. Compartimos tragos, y mi viejo dice que cuando dos hombres toman juntos se crea un vinculo honesto.

—significa que somos amigos —se atrevió a decir Meliodas. No lo diría enseguida si no se sintiera en verdadera confianza con el albino, además de eso no logra ver una pizca de maldad en su mirada rubí. Las apariencias engañan, pero el corazón no.

Ban sólo sonrió para afirmar aquello. Se sentía bien al tener a su primer amigo sincero que no lo etiquetara por cómo se ve.

Ante esa peculiar amistad todos se quedaron viendo extrañados ese raro vínculo. El etiquetado "delincuente" y el etiquetado "popular" mostraban acciones de amistad. Eso generaba chisme y disgustos.

Al poder visualizar el salón del rubio y junto a este el del albino pudieron ver a la chica que el rubio tanto quería. Charlaba con la maestra Diane, quién aún estaba muy contenta con su reintegración al grupo de porristas.

Meliodas se quedó parado en el medio del pasillo junto a Ban sólo para apreciar con detalle la figura y las expresiones de la chica. Le causaba gracia y un poco de ternura su situación con la maestra.

Ban notó el punto donde estaba mirando y analizó a la chica observada hasta darse cuenta que es la misma a la que frecuentemente suelen molestar y a la que, junto a la rubia y la albina, ayudó a salir de una posible pelea.

Al notar como Meliodas la miraba, sonrió travieso.

—asi que esa chica está en tu cabeza todo el tiempo —comentó casual Ban mientras la observaba junto a él. No lo vio, pero suponía que había reaccionado a su comentario.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2023 ⏰

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Más allá de la Superficie |Meliodas y Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora