Amor Y Placer

Primer día de clases

TIFFANY RODRÍGUEZ

El sonido del despertador de alguien fue quien me dio el de pie.

Era aún de madrugada, aproximadamente las cinco de la mañana. Algo un poco exagerado, teniendo en cuenta que la entrada era a las ocho y media por ser nuestro primer día.

La frialdad de la mañana me abofeteó cuando salí a tomar aire fresco al pasillo. Me mantuve quieta unos minutos observando cómo, poco a poco se encendían algunos que otros cuartos.

— ¿Fany, estás bien?— escuché a Kristen decir tras de mí.
—  No pasa nada.
— ¿Estás segura?
—  Joder, nunca me han gustado los comienzos. ¿ No estás nerviosa? Digo, es todo diferente, y nuevo, y no sé si me vaya a sentir bien o si...
— Tranquila. — dice dándome un abrazo— Todos hemos sentido nervios algunas veces. Y ahora no es la excepción. Pero de eso se trata la vida.

Después de eso fuimos a darnos una ducha caliente. Debo decir que el tiempo transcurrió rápido y sin nada relevante para contar.

Cuando estuvimos listas bajamos a la cafetería. Yo elegí unos brownies de chocolate y un vaso de leche. No puedo desayunar sin leche. Desde que recuerdo mi abuela me obligaba a tomarla, y ahora ya es todo un hábito.

Dimos un breve paseo por los alrededores hasta que dieron las ocho y nos dirigimos a la facultad que era la segunda del campus. La primera era para estomatología y la tercera psicología, esa siempre fue mi segunda opción en caso de que no pudiese entrar aquí.

Al llegar a la entrada lo miraba todo con mucha atención.  Nunca antes había estado rodeada de tanto lujo. Desde el suelo hasta las ventanas, todo parecía un espejo. La baja temperatura del aire acondicionado erizó mi piel.

— Cierra la boca. Se te va a salir la baba.— comentó Ari dándome una sonrisa mientras se  peinaba por enésima vez frente a un cristal.

Me da como que le gusta su reflejo.

— Deja algo para cuando entremos al gimnasio.— dijo Roxette.

¿ Enserio hay algo mejor que esto en éste lugar?

Bajamos unos dos pisos y llegamos hasta una enorme puerta doble que decía GYM. Al empujarla vimos que estaba casi repleto. Nos acomodamos en una fila de las más alejadas de la señorita Nathalie Jones, la dirigente y dueña de toda la universidad.

Nos dio un discurso de bienvenida al mismo nivel de la facultad, como era de esperar.

Luego de eso nos indicaron nuestro grupo y para mi suerte Ariana y Kristen estaban en el mismo que yo.
El horario estaba muy desocupado por ser el inicio del año y ser de nuevo ingreso.

De regreso al cuarto supimos que había una fiesta de recibimiento en la noche. La verdad no me hacía mucha ilusión. Estaba algo triste, y un poco incómoda con Dalia. Sinceramente quería ser amable. Pero es imposible.

—¿ Pero tú vas a salir?— dice Lía mirando a Melina que está terminando de arreglarse.
— Claro. Tengo que aprovechar que no tenemos nada que hacer aún.
— Esa es la actitud.— digo dejando mis cosas en la taquilla. — Si no tuviera una cita con la tinta fuera contigo.
— Parcera cómo así que se va a engarabatar la piel.— me pregunta Greta brindándonos caramelos.
—¿ Tienen droga?— dice entusiasmada Melina.
— Pelada y vos qué pensás. Que todos los colombianos somos drogadictos o vendemos droga.
— No quería ofenderte... — baja la cabeza— ¿En serio no tienen?
— Jajaja eres imposible. No, no tienen. Si querés te puedo conseguir.
— Ah, se me hace tarde... — toma su bolso y agrega—Tú y yo hablamos luego.

Creo que ya sé quién será mi nueva amiga.

A última hora mi tatuadora canceló mi cita por problemas con su pareja. Así que salí y compré un jugo de piña. Me di un paseíto por un parque cercano, y estuve un tiempo sumergida en el sonido que salía por mis auriculares.