Episodio 3 - No es seguro

53 8 1
                                    

Flor de Anís:
Tras lo ocurrido hace algunas horas nos dividimos en grupos. Algunos fueron a la zona sur para revisar el motor, mientras Azul Zima y yo por algún motivo nos dirigimos a la zona de los dormitorios.
Él insistía en revisar que no hubiese nadie en las habitaciones por motivos de seguridad.

No había rastros de Naranja, Melocotón o Blanco en ningún lado, así que lo más seguro, a menos que estuvieran haciendo planes malvados, es que estuviesen solo holgazaneando en sus habitaciones.

_ Azul Zima, creo que no deberíamos entrar a las habitaciones de los demás. No sabemos que puedan estar haciendo.

Aunque fuese para reunir información, colarse en los cuartos de los demás me parecía algo que solo haría una persona desagradable…

_ ¡No va a pasar nada! ¡No te preocupes!

Aseguró mientras abría una puerta cerrada con código de seguridad.
No supe que pensar aparte de que podría entrar en mi habitación sin pedirme permiso y tomar mis cosas.

Primero registramos la habitación de Violeta. Impecable es la única palabra que se me venía a la cabeza.

Después la de amarillo, que se encontraba al lado. Nada más entrar encontramos la bolsa con su cuerpo encima de la cama. Decidimos no hurgar en su habitación por respeto.

Celeste tenía, al contrario de la capitana, un desastre tal que parecía haber sido asaltado, pero aparte de eso nada sospechoso.

Blanco y Naranja estaban durmiendo juntas en la habitación de la primera. Por sus rostros idénticos era obvia su relación de hermanas, pero el problema era su descaro de dormir en vez de trabajar como los demás. Las despertamos y expulsamos de su cuarto, pero no lo revisamos. Tenían cara de haber estado charlando toda la noche.

Habíamos terminado de revisar el lado izquierdo del pasillo donde se encontraban todas las puertas de las habitaciones. Por alivio no había nada que inculpara a nadie de ser un psicótico asesino. Pero para asegurarnos del todo, teníamos que revisar también el lado derecho.

Primero fue mi habitación. Igual de ordenada que en la mañana.

La habitación de Verde Oliva solo tenía un defecto: La cama destendida. A parte de eso, no parecía siquiera haber usado las gavetas de lo organizado que estaba todo.

Otras habitaciones completamente normales, hasta que finalmente solo faltaban tres: La de Melocotón, Negro y Rojo.

Azul Zima abrió la primera, retrocediendo al instante pese a no haber abierto la puerta por completo.

_ ¿Qué pasó?

_ Es que… huele mal ahí dentro…

Le aparté delicadamente para entrar al lugar.

_ Un momento, déjame revisar primero. Si necesito ayuda te aviso.

_ Bien, pero… ten cuidado…

Ciertamente, había un olor desagradable ahí dentro, pero las luces estaban apagadas, así que no sabía que podía provocar ese olor.

Me puse el casco para tratar de respirar aire fresco antes de empezar a palpar la pared buscando algún encendedor. Una vez se hizo la luz me quedé petrificado.
Melocotón no era un asesino psicópata… eso seguro…

Retrocedí hasta tocar la pared. Puede que fuese un escenario ciertamente macabro y asqueroso… pero debía obtener pistas de quien podría haber sido…

Observé la habitación tratando de evitar mirar nuevamente las piernas abandonadas por el resto del cuerpo y la cama cubierta de sangre seca sobre las sábanas del colchón.
Entonces me percaté de algo, no solo había mucho calor en la habitación, también la ventanilla de ventilación había sido parcialmente bloqueada con un líquido viscoso que juraría haber visto antes. Era similar al que cubría los cables y ventanillas del pasillo.

Tal vez ya no éramos los únicos en esta nave…

Salí de la habitación. Allí se encontraba Azul Zima mirándome con obvia preocupación y ansiedad.

_ ¿Hay… algo peligroso ahí dentro?

_ Ahora mismo no, pero antes sí que lo había.

Azul Zima hizo expresión de estar sorprendido antes de bajar la mirada. Se le veía más inquieto de antes.

_ Y… Melocotón… ¿Melocotón está… bien…?

No sabía cómo decirle amablemente que alguien le había asesinado. Sin querer recordaba esas piernas medio putrefactas y me aterraba terminar así… o tener que ver eso de nuevo…

_ Él ya… no está con nosotros…

Vi como su cuerpo se estremecía unos segundos.

_ Oh… entiendo… deberíamos… avisarle al resto de eso…

_ ¿Estás bien?

Pregunté, aunque al instante me arrepentí porque había sonado demasiado estúpido.

_... sí… no te preocupes… voy a estar bien…

No volvimos a mencionar el tema hasta volver al comedor y presionar la alarma para llamar a todos.
Al igual que nosotros, los que habían ido a navegación para verificar la ruta se veían perturbados por algo.

_ Marrón está muerto…

Soltó la capitana nada más llegar.

_ Fue mi culpa… no estuve con él cuando me necesitó…

_ ¡¡¡No empiece con eso de nuevo capitana!!! ¡¡¡Usted no tiene culpa aquí!!! ¡¡¡Solo es culpable el que está haciendo todo esto!!!

Gritó Celeste agarrando a Violeta por los hombros y agitándola con suavidad.

_ ¡¡¡También es mi culpa!!! ¡¡¡Le dejé trabajando solo y me fui!!! 

Gritó Rosa empezando a llorar. La capitana se acercó a él y le abofeteó con fuerza, logrando que detuviera sus lamentos en un instante.

_ Dejemos de culparnos entre nosotros… sé que ninguno de ustedes haría algo como eso… solo necesito verles a los ojos para estar segura… por favor, solo busquemos al causante de esto…

_ Turquesa también está muerta…

Dijo Naranja apretando con fuerza sus puños y empezando a lagrimear también. Blanco no se demoró para abrazarle mientras le acariciaba el cabello tratando de calmarle.

_ Melocotón…

Susurró Azul Zima con una mirada vacía.

_ ¡¿Qué está pasando?! ¡¿Por qué a nosotros?! ¡¿Qué hicimos para merecer esto?!

Verde Oliva se veía histérico. De no ser porque todos estábamos asustados como para hablar, seguramente estaríamos igual que él…

_ Chicos, seamos fuertes, lo importante es mantener la-

Oscuridad. Oscuridad en todas partes, hasta donde alcanzaba la vista.

Varios de los presentes gritaron por la repentina falta de luz, no solo por la falta de visión, sino también por lo que asechaba en ella.

_ No se preocupen, solo es una falla en el sistema eléctrico, se puede reparar.

Aseguró Celeste encendiendo su linterna.

_ ¡Ve tú entonces! ¡Yo no planeo moverme de aquí! ¡Y menos con tanta ceguera!

Gritó Verde Oliva escondiéndose debajo de una mesa con su linterna también encendida.

_ Bien, eso planeaba hacer igualmente.

_ ¡Espera! ¡Voy a acompañarte!

_ No capitana, estaré bien. Usted proteja a la tripulación, ellos están asustados y dependen de… de ti…

Ojala pudiera ver que expresión hizo Violeta en ese momento.

_ Bien… pero ten cuidado…

_ Claro que lo tendré. Vuelvo pronto, cariño.

_... si…

Vimos como la luz de su linterna se alejaba lentamente hasta abandonar el comedor.
La luz volvió, pero Celeste nunca regresó…

𝐀 𝐬𝐮 𝐥𝐚𝐝𝐨〈Among Us〉Where stories live. Discover now